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Como sabéis me diagnosticaron la celiaquía cuando era un niño, por lo tanto llevo muchísimos años experimentando y estudiando el gluten, sus efectos en el organismo y, sobre todo, alimentos sustitutos del gluten. Aunque cueste creerlo, la dieta sin gluten puede ser riquísima y variada y, si te lo montas bien, no volverás a echar en falta el pan.

El 90% de los alimentos naturales del mundo no contienen gluten, así que no parece complicado seguir una dieta gluten free

¿Dejo de comer gluten?

Hay muchas personas que a pesar de no ser celiacas o sensibles al gluten, dejan de tomarlo. Las razones son variadas, pero mucho tiene que ver la calidad del trigo que se consume hoy en día, y que poco tiene que ver con el que comían nuestros antepasados.

Según los datos del World Wheat Facts And Trends, el 99% del trigo que consumimos hoy proviene de una variedad híbrida del original, lo que provoca que la estructura de la molécula sea irreconocible para nuestro sistema inmunológico e indigerible para el sistema digestivo.

Dejar de consumir gluten tiene efectos muy rápidos. En pocos días te sientes menos hinchado e inflamado y los problemas estomacales disminuyen

Efectos del gluten

Comer alimentos con gluten (trigo, centeno, cebada y espelta principalmente) puede acarrear efectos muy incómodos para nuestra vida diaria.

• Inflamación. En el 100% de las personas la presencia de gliadina en el intestino induce la expresión de una proteína llamada zonulina, que aumenta la permeabilidad intestinal y con ello, el riesgo de que penetren microbios o moléculas de gran tamaño. El cuerpo reacciona a este hecho activando el sistema inmunitario para defenderse de la agresión.
• distensión abdominal
• gases
• dolores de estómago
• nauseas
• vómitos
• diarrea
• pérdida de apetito
• anemia
• colon irritable
• fatiga
• pérdida de peso
• anemia
• ansiedad
• osteoporosis
• cambios de humor
• problemas de piel
• aumenta la percepción del dolor: ¡Mira este interesante estudio de Nature.

¿Crees que no puedes vivir sin pan, pasta o galletas?

Si eres de los que aún duda de esto, voy a animarte a que hagas algunos pequeños cambios en tu dieta. Comprobarás no solo que es posible vivir sin el trigo, sino que además estas opciones son igual o más deliciosas que las que contienen gluten y además, te vas a sentir más sano y feliz.

Mucho cuidado porque las estanterías de los productos gluten-free de los supermercados están llenas de opciones poco recomendadas. Son la versión sin gluten de un bollo, una pizza, una galleta… pero contienen azúcar, grasa mala, aditivos…

Sin gluten no quiere decir sano

Por ello, te recomiendo que te hagas tus propias recetas, y huyas de esos preparados gluten-free. Vamos a ver qué fácil es:

Tostadas de Pan de Trigo: Tostadas de Pan de masa madre (larga fermentación) de Sarraceno.

Espaguettis: Espirales de calabacín

Galletas: Galletas caseras de avena

Bollería: Pancakes de plátano

Patatas fritas: Kale Chips

Pizza de trigo: Pizza de coliflor

Cereales de desayuno: Porridge de avena

Cuscus: Tabulé de quinoa

Pan rallado: frutos secos rallados

Harina de trigo: es el ingrediente clave en las recetas de tartas, bizcochos, galletas y demás postres y snacks, pero no es imprescindible. Podemos sustituir el harina clásica de trigo por harina de almendra, avena, sarraceno, tapioca o coco. Éstas son mis preferidas, aunque hay muchas más; yo te recomiendo que experimentes, porque estas harinas alternativas pueden llegar a cambiar radicalmente el sabor de nuestras recetas.

Es importante vigilar que la avena que compremos sea sin gluten