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Puede que la fascia sea la responsable de tu dolor de espalda

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Tiempo de lectura estimado: 2 minuto(s)

Quizá no te suene ni su nombre. La fascia siempre ha estado ahí, pero hasta hace pocos años nadie le hacía demasiado caso, solo era considerada como un mero relleno del cuerpo sin muchas funciones.  Pero los expertos avisan que la fascia es algo vivo y muy importante para la salud general, para la capacidad de movimiento y para el funcionamiento adecuado de los sistemas de comunicación internos.

De hecho, muchos estudios apuntan a que la rigidez en la fascia toracolumbar, la que rodea la columna vertebral, podría ser la responsable de la gran mayoría de dolores de espalda.

Qué es la fascia:

Se trata del tejido conectivo que envuelve todo, una gran membrana que recubre órganos, tendones, células…  conectándolo todo entre si. Se compone básicamente de colágeno, elastina, fibras reticulares y gran cantidad de agua.

Funciones de la fascia:

  • Es la estructura encargada de mantener cada órgano en su lugar. Es lo que cohesiona todo en el interior del cuerpo, sin fascia los huesos, vísceras, órganos.. colapsarían y caerían al suelo.
  • Lubrica: permite que los músculos y órganos se deslicen entre si con facilidad.
  • Desintoxica: la fascia, compuesta también por los conductos linfáticos, ayuda a transportar toxinas y deshechos.

Problemas:

Debido a la edad, el sedentarismo, alguna lesión… la fascia se vuelve más rígida, más seca y se acorta. Esto puede ocasionar desde rigidez y pérdida de flexibilidad hasta dolores crónicos, tendinitis e incluso pérdida de rango de movimiento.  

Una  mala postura, el estrés o la falta de descanso pueden provocar todo lo anterior. La deshidratación y la mala alimentación puede ser también la causa.

 

Dieta para una fascia saludable:

Mucha proteína: la fascia es en un gran porcentaje colágeno, una proteína estructural responsable de que nuestros dientes estén fuertes y también de que nuestra piel sea elástica y resistente. Yo os recomiendo un aporte extra a través de ésta Proteína Vegana Whey, es mi preferida ya que tiene un 81% de proteína, es baja en grasas e hidratos de carbono y además aporta un sabor a chocolate delicioso a mis smoothies y bowles de yogur.

Vitamina C: esta vitamina es imprescindible en la producción de colágeno así que conviene que en la dieta no falten los cítricos, brócoli, tomates o coliflor. Muchos días me regalo un aporte un chute de vitamina C con este delicioso Puré de Brócoli con Superfoods.

Aminoácidos esenciales: son los que el cuerpo necesita y no puede producir, por lo que ha de obtenerlos a través de la alimentación. Para mí, los alimentos más poderosos son las carnes magras, el huevo, la quinoa y las semillas. 

Aumentar alimentos altos en magnesio: este mineral ayuda a mantener las fibras de elastina mejorando su flexibilidad y estimulando su producción de colágeno. Mi forma preferida de consumir magnesio es a través de la Crema de Almendras Crunchy que extiendo sobre mis tortitas de desayuno los fines de semana.

Hidratarse bien: beber agua en abundancia contribuye a que la fascia esté hidratada. ¡No olvides que un 75% de la composición de la fascia es agua!

Beneficios de trabajar la fascia:

  • Mejora la postura
  • Se libera tensión
  • Mejora el tono muscular
  • Se elimina el dolor
  • Mejora el rendimiento deportivo: a veces una fascia rígida impide que los músculos desarrollen todo su potencial.
  • Previene la celulitis

Meditación para empezar el día

Ejercicios para la fascia:

La fascia es un tejido diferente  a los músculos, por lo que no puede trabajarse de igual manera que éstos. Lo más recomendable para conseguir fortalecer la fascia, volverla más gruesa, espesa, resistente, flexible y larga es hacer ejercicios en los que mantenemos un estrés sostenido durante periodos más largos de tiempo. Te pongo algunos ejemplos:

Masaje Rolfin: técnica de masaje profundo dirigido al tejido conectivo, con el objetivo de re-equilibrar todo el cuerpo. 

Acupuntura: las agujas actúan en las fascias, liberando el tejido y produciendo un efecto analgésico.

Yoga: los estiramientos en las diferentes posturas estimulan los fibroplastos, lo que hace que éstos generen más colágeno y por lo tanto, la fascia se haga más fuerte y resistente. El mejor tipo de yoga para eso es el Yin Yoga.

Rodillos de espuma: permiten rodar sobre diferentes partes del cuerpo, y así relajar las fascias, deshaciendo los posibles nudos que se pueden formar.

 

 

 

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Niklas Gustafson
Autor del post
Niklas Gustafson

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