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Dejar de comer grasa no es una buena idea

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Tiempo de lectura estimado: 2 minuto(s)

Puede que seas de esas personas que han dejado de comer grasa. Hace años vivíamos en una continúa guerra contra las grasas. Nos repitieron hasta la saciedad que las grasas estaban detrás de los kilos de más y de las enfermedades cardiovasculares. Como consecuencia, las dietas bajas en grasa se convirtieron en las más famosas y no paraban de surgir versiones bajas en grasa de todo tipo de alimentos: desde leches y yogures desnatados hasta la mayonesa light o los quesos 0 % materia grasa.

Pero haber bajado excesivamente el consumo de grasa, incluso eliminado por completo este grupo de alimentos, puede estar pasando factura en muchas personas.

Funciones de la grasa

La grasa desempeña importantes funciones en la salud del organismo:

  • Evita enfermedades cardiovasculares: dislipemias, hipertensión arterial, Síndrome metabólico…
  • Es la reserva energética más importante: por ello, si no consumes suficiente grasa, puedes padecer fatiga y cansancio de forma habitual.
  • Ayuda al rendimiento de los deportistas: tras veinte minutos haciendo ejercicio, el organismo recurre a las calorías provenientes de la grasa para continuar. Además, las grasas aceleran el metabolismo.
  • Protege del frío: las grasas llenan los adipocitos y aíslan el cuerpo para ayudar a mantenerlo caliente.
  • Ayuda a sintentizar nutrientes esenciales como los ácidos grasos o las vitaminas liposolubles A, K, D y E. Si no tomamos suficiente grasa, estos nutrientes no se asimilan.

  • Contribuye a la salud cerebral: el cerebro se alimenta básicamente de grasa por lo que un déficit podría repercutir en la síntesis de neurotransmisores esenciales derivando en déficit cognitivo.
  • Previene enfermedades mentales: alteraciones del estado de ánimo, depresión, comportamiento y déficit cognitivo.
  • Protegen los órganos internos: son el sostén de los órganos internos, la grasa los protege. Además, la grasa forma parte de las membranas de todas las células del organismo.
  • Mejora la digestión: algunas grasas contienen nutrientes que influyen en el equilibrio de la microbiota intestinal, es decir, son el alimento de las bacterias buenas. Y ya sabemos que si la microbiota se desequilibra el sistema inmunológico se debilita y seremos más vulnerables a padecer enfermedades.
  • Mejora el aspecto de la piel: las grasas son las responsables de que las vitaminas E y K se absorban, estas vitaminas son las responsables de hidratar y proteger la piel. Además, un déficit de ácidos grasos omega 3 se relaciona con la inflamación y problemas de acné, rosácea, dermatitis…
  • Equilibra el sistema hormonal: sobre todo esto se evidencia mucho en las mujeres. Aquellas que no consumen suficiente cantidad de grasa, pierden el periodo. Esto se debe a que sin un mínimo de grasa corporal, el organismo no produce la cantidad suficiente de hormonas necesarias para esta función.
  • Ayudan a sentirte saciado: si comes alimentos grasos en el desayuno (yo siempre suelo optar por el huevo), comerás menos, te sentirás más saciado y llegarás a la hora de comer sin estar picando todo el tiempo.
  • Evitan el estreñimiento: las grasas son un lubricante intestinal fundamental.

El problema no eran las grasas, sino los hidratos de carbono

La nutrición, como todo, va evolucionando y parece que ahora todos los estudios apuntan a que son los hidratos de carbono (básicamente compuestos de almidón y azúcares) los que más daño nos hacen. Algunos ejemplos, las harinas refinadas como la bollería industrial, el pan blanco, la pasta, el arroz. Este tipo de alimento tiene una alta carga glucémica, lo que produce picos de glucosa en sangre, causantes de que al poco tiempo de comerlos caiga la energía y tengamos más hambre.

Light, menos grasa pero más azúcar

Para muchos la etiqueta light significa más sano, pero no suele ser así. Los productos con esta etiqueta han sido adulterados, es decir, se les quita la grasa (que ya hemos visto que no es mala), bajan las calorías pero se le añaden azúcar o edulcorantes.

Es mejor comer la grasa propia del queso; que es una grasa buena, saciante… a comer un queso sin grasa, pero repleto de azúcar, colorantes, aceites vegetales refinados, féculas, aditivos, exceso de sal…

Y lo mismo pasa con los yogures, el chocolate… ¡Lee las etiquetas!

En resumen, tenemos que comer grasas porque son muy útiles para nuestra salud. Eso sí, hay que priorizar las grasas buenas. En las próximas semanas ahondaremos en cuáles son esas grasas, pero puedes ir apuntando: cacao, queso, salmón, semillas de lino, aguacate…

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Niklas Gustafson
Autor del post
Niklas Gustafson

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