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¿Por qué los snacks salados ultraprocesados enganchan?

Tiempo de lectura estimado: 2 minuto(s)

¿Cuántas veces has abierto una bolsa de patatas fritas para picar una o dos y has acabado por comerte la bolsa entera? Los aperitivos salados ultraprocesados son quizá de las comidas más adictivas que existen y lo peor de todo es que al estar repletas de sal, colorantes y potenciadores del sabor generan una mayor disponibilidad a padecer enfermedades como la obesidad o la diabetes.

Una droga socialmente aceptada

El efecto es el mismo que el de la cocaína: los aperitivos salados tradicionales segregan serotonina, dopamina y otros neurotransmisores que activan la sensación de placer y felicidad.

Además, igual que pasa con las drogas, cada vez es necesaria una mayor cantidad de esa sustancia para mantener el mismo nivel de dopamina, por lo tanto, es normal que cada necesitemos más cantidad de ese alimento para sentirnos igual de eufóricos.

A esto hay que sumar que la composición de estos snacks es baja en proteínas y en fibra, lo que significa que no provocan saciedad y favorece el hecho de seguir comiendo sin control.

Como resultado de esa ingesta excesiva y descontrolada, las personas se vuelven adictas y dependientes a esos snacks y acaban desarrollando mayor propensión a padecer enfermedades como obesidad, diabetes, hipertensión, depresión…

Exceso de sal en snacks salados

Ya lo ha alertado la OMS (Organización Mundial de la Salud): La mayoría de las personas consume demasiada sal, de 9 a 12 gramos por día en promedio, es decir, dos veces la cantidad máxima recomendada (5 gramos).

Y también es la OMS la que asegura que una de las estrategias recomendadas a poner en práctica a nivel personal es la de reducir los snacks salados, fuente elevadísima de sal. Solo un ejemplo, 100 gramos de patatas fritas suelen contener 2 gramos de sal.

Glutamato monosódico, E-621

Si aún no habías oído hablar de este compuesto, te recomiendo que lo apuntes bien y elimines de tu dieta todo lo que lo contenga. Básicamente se trata de una sal sódica del ácido glutámico que potencia el sabor de los alimentos y fomenta el ansia por seguir comiendo hasta en un 40%.

Crujientes

La composición que hace de los snacks una bomba de relojería para nuestra salud incluye también aditivos, conservantes, estabilizantes, emulsionantes, aglutinantes y potenciadores del color y del sabor.

Y la textura es algo súper importante. Todos estos aperitivos salados, desde patatas fritas hasta bolitas de queso, pasando por las galletitas saladas, suelen tener una textura crunchy. Y es que según muchos estudios cuanto más ruido provoque el snack en la boca más adicción puede llegar a causar. 

¿Soy adicto a los snacks salados?

¡Piensa! Seguro que ese gusanillo por tomar una bolsa Doritos, Fritos o Pelotazos está ligada a un momento del día concreto, a una emoción o quizá a un momento de autogratificación. Vemos algunos ejemplos:

  • Estoy estresado porque tengo mucho trabajo.
  • He discutido con un amigo y estoy de bajón.
  • Por fin ha acabado la semana, ¡que felicidad!
  • Mi pareja no me trata bien y mi autoestima está por los suelos.

Si situaciones de este tipo te hacen levantarte a por un snack, lo que tenemos ahí claramente es Hambre Emocional. No es hambre real y en mi opinión, lo más importante es empezar a detectar nuestros comportamientos, a danos cuenta de que emociones y situaciones hay detrás de ello. Te recomiendo este post

Niklas Gustafson
Autor del post
Niklas Gustafson

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