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El peso corporal no solo se compone de grasa, sino de muchas más cosas. Cuando te subes a la báscula, ese número es el reflejo del peso de huesos, cantidad de agua, líquidos, contenido intestinal, masa muscular, grasa corporal…

Además, el peso que nos muestra la báscula depende de muchas cosas: la hora del día, el día de la semana, actividad física, tipo de comida ingerida en las últimas horas, retención de líquidos, cambios hormonales en el caso de las mujeres… De manera que de un día para otro puede llegar a haber hasta un kilo de diferencia.

Masa muscular

A veces ocurre que después de una temporada sedentaria, nos apuntamos al gym o empezamos a correr y al cabo de unos meses, nos subimos a la báscula y ¡horror! Pesamos más. ¿Cómo es posible? Pues es algo totalmente normal porque la masa muscular pesa más que la grasa.

Te recomiendo que olvides esa idea que nos han metido en la cabeza de que perder peso es algo bueno, y ganarlo es algo malo. No es así, de hecho, ganar peso de forma saludable puede ser bueno para tu salud, el funcionamiento del metabolismo y las funciones fisiológicas.

Comenzar con una rutina de entrenamiento, ganar músculo y subir de peso puede tener muchos beneficios:

• Te sientes más fuerte y lleno de energía.
• El pelo, las uñas y la piel se vuelven más fuertes.
• El sistema hormonal se equilibra.
• Un metabolismo más sano.
• Una mejor relación con la comida: dejar de temer a las grasas y la báscula libera mucho porque la vida no puede depender de un número.
• Los músculos se hacen más fuertes y definidos.
• Incrementa el rendimiento físico.
• Mejora el descanso nocturno.

Puede que pesemos más en la báscula, pero ese peso sea porque has ganado músculo. O el caso contrario, que peses menos o igual y que te apriete el cinturón, te sientas hinchado, incómodo… En este caso, seguramente has ganado grasa y debes estar alerta a que no se acumule en exceso.

Menos báscula y más cinta métrica

Soy de la opinión que la báscula solo genera obsesión con el peso y ya hay muchos estudios y profesionales sanitarios que avalan esta teoría. En vez de pesarte, te recomiendo que te midas con una cinta métrica. Mide el contorno de tu cintura, cadera, muslos… Así sabrás si has aumentado grasa o músculo.

Sobre todo es importante medir el contorno de la cintura, ahí se almacena la grasa visceral, la responsable de muchos problemas de salud como diabetes, colesterol, problemas respiratorios, cardiopatías… Recuerda que la OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda no superar los 102 cm. de perímetro abdominal en hombres y 88 cm. en mujeres.

“Es más interesante perder dos centímetros de barriga que dos kilos de peso”

Otras opciones para controlar nuestra silueta es mirarnos en el espejo, hacernos algún selfie y compararlo con las fotos del verano pasado o simplemente guiarte por cómo te sienta la ropa (te aprieta más que la semana pasada, apretar un poco más el cinturón…).

Una báscula de bioimpedancia

Son la última moda entre los deportistas y puede que sean útiles a la hora de controlar el peso sin agobiarse por los kilos ganados o perdidos, ya que las básculas de bioimpedancia dan datos concretos del porcentaje o kilos de grasa y músculo, también ofrecen el Índice de Masa Corporal (IMC), el porcentaje de agua, masa ósea, metabolismo basal…, por lo que puedes ver exactamente de dónde viene tu aumento o descenso de peso.

“Si sigues una vida healthy con hábitos saludables y una dieta equilibrada no tendrás que preocuparte de la báscula”