Tiempo de lectura estimado: 2 minuto(s)

La teoría lleva ahí muchos años: has de tomar 5 comidas al día para que el metabolismo se mantenga activo, quemar calorías y además llegar con menos hambre a la siguiente comida. Pero esta sentencia, como muchas otras últimamente, se desmonta.

La moda del ayuno ha puesto sobre la mesa un concepto muy interesante que es el de la autofagia, un proceso celular que se activa cuando no comemos y en el que las células se dedican a eliminar sus propios residuos, a regenerarse y a limpiarse.

Haciendo 5 o más comidas al día no permitiremos que ese proceso de autofagia se complete, a veces ni siquiera permitimos que se haga correctamente la digestión, ya que estamos dándole trabajo al sistema digestivo constantemente, éste no puede descansar y las células no activan ese maravilloso proceso de regeneración. Todo esto puede crear digestiones pesadas, gases, hinchazón, inflamación del tubo digestivo, exceso de bacterias… y los síntomas más claros suelen ser cansancio, problemas de piel, dolores de cabeza, alteraciones menstruales…

Lo cierto es que los periodos de ayuno en los que no comemos se relacionan hoy en día con la regeneración, las técnicas antiaging… pero no es nada nuevo, el ayuno es algo totalmente natural en los seres vivos: los animales no comen cuando están enfermos e incluso cuando hibernan o cambian de hábitat. Y los seres humanos han ayunado desde hace miles de años en todas las civilizaciones, ya sea por motivos de salud o religiosos.

Al menos 4 horas

Es el tiempo que como mínimo ha de pasar entre una comida y otra para que el proceso de la digestión finalice totalmente, así lo corrobora la médico nutricionista de la Clínica Menorca, María José Crispín.

Solo cuando dejamos que la digestión termine correctamente comienza el proceso de limpieza de los intestinos y nos sentimos más ligeros, energéticos y lúcidos. ¡Pruébalo! A veces confundimos hambre con necesidad de comida, incluso creyendo que si no comemos no tendremos fuerza y rendiremos menos, pero es casi lo contrario.  

Beneficios del ayuno

• Pérdida de peso.
• Incremento de la longevidad.
• Menor probabilidad de contraer diferentes enfermedades como el Alzheimer o la Diabetes Tipo II.
• Refuerza el sistema inmune.
• Mejora el descanso.
• Incrementa la vitalidad y el rendimiento deportivo.
• Mejora el sistema digestivo. 

Mi ayuno preferido

Fijar unos horarios de comida espaciados es importante. Por ejemplo, desayunar a las 9 de la mañana, comer a la 1 de la tarde y cenar a las 8 es bastante realista y asequible para la mayoría de la gente. Nos aseguramos de que hacemos un mini ayuno de 13 horas durante la noche, comemos a horas en las que el sol está alto y la digestión es más fácil y dejamos tiempo entre una digestión y otra.

De forma esporádica os recomiendo a que incluyáis un ayuno más largo. Yo por ejemplo, a veces me salto el desayuno y sumo un ayuno de 17 horas, desde que ceno hasta que como al día siguiente. Las posibilidades son infinitas y, como destaca la nutricionista, siempre hay que tener en cuenta los ritmos de vida, horarios, gasto energético, trabajo… de cada persona en particular. “Hay personas a las que les crea ansiedad estar mucho tiempo sin comer. Para ellas, el ayuno no estaría recomendado”, explica.

Cómo romper el ayuno

María José Crispín asegura que la calidad de lo que comes es igual o más importante que los horarios en los que comemos o dejamos de hacerlo. “De hecho, de nada sirve que hagas ayunos, intentes comer a las horas correctas si luego tu dieta está repleta de alimentos híper calóricos, procesados, alcohol y azúcares…”, recalca esta nutricionista.

Y es que parece que un error frecuente en los ayunos es romperlos de esta manera, comiendo en exceso y alimentos chatarra. Tras un periodo de ayuno el estómago está más receptivo, por lo que en esa primera ingesta deberían primar los zumos de frutas frescas, las verduras ligeras y los platos fáciles de digerir como estas Brochetas de Pollo que os propongo.

Si tienes dudas, lo mejor siempre es acudir a un experto.