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La mala alimentación mata más que el tabaco y el alcohol

Tiempo de lectura estimado: 2 minuto(s)

Uno de los grandes problemas de nuestra sociedad y que cada año causa millones de muertes en todo el mundo son las enfermedades cardiovasculares a causa de la mala alimentación. Alrededor de 17,5 millones de personas fallecen cada año debido a este tipo de enfermedades, lo que da mucho que pensar.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 31% de las muertes de cada año son a causa de problemas cardiovasculares, un índice mucho más elevado que por tabaco (6,5%) o el alcohol (5,5%). Dicen en sus estudios que Los efectos de los factores de riesgo comportamentales pueden manifestarse en las personas en forma de hipertensión arterial, hiperglucemia, hiperlipidemia y sobrepeso u obesidad. Estos “factores de riesgo intermediarios”, que pueden medirse en los centros de atención primaria, son indicativos de un aumento del riesgo de sufrir ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares, insuficiencia cardíaca y otras complicaciones”.

Existe una muy estrecha relación entre las enfermedades cardiovasculares y la alimentación. Por supuesto, no se trata de la única causa, ya que hay enfermedades congénitas, otras que se desarrollan de forma natural o que se deben a un efecto secundario de otras enfermedades y/o medicamentos. Pero lo que sí es muy cierto es que la mala alimentación propicia una mala salud, desembocando en problemas en todo el sistema circulatorio y en el corazón.

Comer bien no significa no comer cosas ricas, pero sí dejar de lado todos los productos procesados, llenos de azúcares y grasas trans que al final son las que generan sobrepeso, hiperglucemia, hipertensión e hiperlipidemia, entre otros. Es muy difícil desengancharse de este tipo de “drogas” cuando llevamos toda la vida consumiéndolas y pensando que son muy sanos, sin embargo esa no es la realidad.

El problema de la sociedad es que incluso le damos esta mala alimentación a nuestros hijos, ignorando lo mala que es. El razonamiento es simple, si es malo para mi también es malo para ellos. Hay que replantearse la forma de ver la alimentación. Es una de las actividades que más tiempo nos lleva en nuestra vida, aparte de dormir y trabajar. Si en todo ese tiempo la mayor parte de nuestra alimentación es mala lo que estaremos consiguiendo será ir envenenándonos poco a poco, y en vez de vivir una vida larga y saludable acortaremos drásticamente ese tiempo y la calidad del mismo.

Es lógico que realizar actividad física ayuda a mejorar nuestra salud cardiovascular, pero hacer mucho deporte no nos da carta blanca para comer cualquier porquería que nos vendan en el mercado. Hay que tomar conciencia de la mala alimentación globalizada que hay en el mundo y lo que es más importante: volver a comer lo más natural posible.

Por supuesto, los malos hábitos como el sedentarismo, el consumo de alcohol y tabaco también afectan a la salud generando grandes perjuicios. Sin embargo, las personas que cuidan su alimentación suelen tener hábitos más saludables que aquellos que no los tienen.

La alimentación es una elección. Puedes optar por comidas que te nutran y te proporcionen la energía, vitaminas y minerales que tu cuerpo necesita o bien optar por una mala alimentación, eligiendo aquellos productos adictivos y ultra procesados que no te aportan ningún beneficio, pero que poco a poco van dañando seriamente tu salud. 😀

Niklas Gustafson
Autor del post
Niklas Gustafson

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