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Llegan los fines de semana, las fiestas y todos nos preguntamos al principio…¿qué hago con el alcohol?

Consumir bebidas alcohólicas está muy extendido por todo occidente como convención social desde hace más de un siglo. Es muy común que en fiestas, reuniones de negocios o celebraciones, la velada empiece o acabe con un brindis de champán o una copa. También es muy habitual tomar una cerveza en una terraza durante el verano o acompañar la comida con una copa de vino. Todos estos hábitos forman parte de nuestra cultura y cuando queremos llevar una vida natural y saludable nos entran las dudas sobre si se puede o no consumir alcohol en una dieta saludable.

Pues bien, tengo una mala noticia para todos aquellos que esperan salir del trabajo para abrir una cervecita bien fría, ninguna bebida alcohólica forma parte de la dieta saludable. Es más, ni siquiera las versiones de cervezas y licores sin alcohol.

Es cierto que hay distintos tipos de bebidas que contienen alcohol y que no es lo mismo una copa de vino o champán que un gin tonic, un triple seco o un chupito de Jägermeister. No solo por el proceso de fabricación sino por los efectos secundarios y/o adversos que tienen en la salud. Mientras que el vino y la cerveza son frutas y cereales fermentados, las bebidas conocidas como “spirits” no solo se fermentan sino que son destilados una o varias veces (según el tipo). En el proceso de destilación los alcoholes se llevan a altísimas temperaturas y presiones.

Pero veamos porqué, aparte de pasar por todo un proceso de elaboración (algunos ultraprocesados) no se incluyen dentro de una dieta saludable:

• El alcohol está hecho a base de cereales o de azúcar. Con esta premisa ya es más que suficiente para descartar los alcoholes de nuestro estilo de vida, especialmente los “spirits” (ron, ginebra, vodka, whisky, tequila, etc) y la cerveza.
• Todos los alcoholes pasan como mínimo por el proceso de fermentación. El vino, la sidra y el champán, así como licores de frutas, también y dicho proceso es muy extraño en la naturaleza. Aunque se diera de forma natural la fermentación de las frutas como uvas, manzanas, cerezas, entre otras, la proporción de alcohol que se ingeriría sería rídícula en comparación a una copa de cualquier bebida.
• Para elaborar estas bebidas hace falta un proceso creado por el hombre que no se realizaba ni de lejos en la época del paleolítico. ¿Te imaginas a un homo sapiens intentando cazar un bisonte con resaca?

Fuera de bromas, el alcohol queda fuera de un estilo de vida sano. No solo por su composición (llenos de almidón y azúcares que se transforman en grasa dentro de nuestro organismo) o por todo el proceso que se requiere para crearlo, sino porque causan más perjuicios para la salud que beneficios.

Habrás oído muchas veces que un vaso de vino al día es muy bueno para la salud, y es posible que únicamente este tipo de bebida no sea tan malo si se consume esporádicamente, pero el alcohol presente en estas bebidas causa daños en el hígado, en el cerebro, deshidratación, pueden generar adicción, problemas en el sistema circulatorio, úlceras, cirrosis, cáncer de estómago, pérdida de masa muscular, deterioro y problemas cutáneos, por no hablar de malformaciones y problemas cardíacos en bebés que están en estado de gestación. No estoy diciendo que todos estas consecuencias ocurran con una cerveza o un vaso de vino cada mucho tiempo, pero si el consumo de alcohol es habitual (y no hablo de personas con adicción y alcoholismo) si se pueden desarrollar distintas afecciones.

Después de toda la explicación de porqué no se debe consumir alcohol he de decir que si se toma muy esporádicamente un vaso o copa de alcohol sin exceso (mejor los fermentados que los destilados) tampoco va a pasar nada. Yo mismo he tomado alguna vez un poco de vino o champán en alguna ocasión muy especial o lo he añadido a alguna receta y no pasa nada, pero desde luego su consumo queda muy alejado de mi vida diaria. ¡Eso queda a vuestra decisión! 🙂 Siempre recomendaré que se elimine el alcohol de la dieta y en caso de que se consuma, que sea siempre de forma muy moderada y esporádica.