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A veces es normal que nos apetezca comer una bolsa de patatas fritas o picar algún snack entre las comidas, pero eso no tiene por qué ser ningún inconveniente si estás siguiendo el estilo de vida saludable. Hay miles de alternativas y podemos hacernos nuestros propios snacks.

Lo que tardas en ir a un establecimiento a comprar una bolsa de patatas lo puedes invertir en hacer tus propias chips, como estas chips de parmesano que os traigo hoy. 

Por todos es sabido que hay chips de mil formas, colores, sabores y que todas son adictivas, pero ¿de dónde vienen estos snacks? Vienen de George Crum, que fue su inventor. Trabajaba como cocinero en el “Moon Lake Lodge”, un restaurante situado en Saratoga, Nueva York. Un día un huésped consideró que las patatas fritas que Crum le había cocinado eran demasiado gruesas para su gusto y las rechazó. Volvió a hacerlas, esta vez más finas, pero de nuevo el cliente las rechazó. Crum pensó que hacerlas tan sumamente finas harían que el cliente se marchara, y así lo hizo. Extremadamente finas y extremadamente saladas. Las frió con el aceite hirviendo y las sirvió al cliente, quien, al contrario de lo esperado, agradeció al cocinero y quedó muy satisfecho. Tanto que las recomendó al resto de comensales. Años después George Crum montó su propio restaurante con las patatas chips como especialidad de la casa. En 1895, una vez ya jubilado George Crum, William Tappenden, primer proveedor de chips, decidió empaquetar y comercializar estas patatas.

Es cierto que desde aquellas primeras chips hasta las que comercializan ahora han pasado muchos años y mucha cantidad de aditivos, azúcares y miles de ingredientes que las han vuelto completamente insanas. Por eso yo prefiero preparármelas a mi manera y sabiendo que lo que voy a comer no es basura. ¡Vamos allá! 

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Chips de parmesano

Course Tags Appetizer, Snack

Keyword chips, parmesano, queso

Total Time 12 minutos

Ingredients

• 1 trozo queso parmesano ecológico

Instructions

1. En primer lugar tenéis que cortar el queso parmesano en trozos medianos y de grosor tirando a fino. Esto facilitará que el queso se derrita antes y las chips salgan más finas pareciéndose así más a las patatas típicas de bolsa.

2. Los que veis aquí arriba son de diferentes tamaños porque quise probar para comprobar con qué forma salían mejor y definitivamente con cuadrados es como mejor salen.

3. Cortad bastantes pedazos y así podréis guardarlas en un frasco para evitar tener que hacer cada vez que se os antojen.

4. Precalentad el horno a 180ºC mientras que cortáis el queso. Colocadlas como aparecen en la foto anterior para que no se os peguen entre ellas. Si os caben, dejad aun más espacio entre los trozos porque algunas se me pegaron.

5. De diez a doce minutos necesitaréis para que se os hagan y ya sí que sí las tendréis listas para sacar y comerlas. ¡Disfrutad de este snack!

Decidme si os ha gustado esta receta. Os dejo aquí debajo otros snacks para disfrutar sin dejar de cuidaros: 

Chips de manzana.
Chips de calabacín con parmesano.
Chips de kale.

Recordad que nos seguimos viendo por aquí y leyendo por los comentarios. 😉