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Las algas comestibles son tendencia desde hace un tiempo, pero para muchos siguen siendo un misterio: “¿por qué están tan de moda?”, “¿cómo las consigo?”, y “¿cómo puedo usarlas en mis comidas?”. Son algunas de las cosas que me preguntan muchos de mis amigos que los hacen dudar de este alimento y evita que los incluyan en su día a día.

Mucha gente sólo come algas cuando salen de casa a restaurantes que aprovechen lo exótico de estos alimentos. Sin embargo, el interés creciente por alimentos novedosos y saludables ha abierto una puerta de entrada para estos productos a nuestra cultura. Conoce por qué estos alimentos están cada vez más de moda, sus diferentes presentaciones, y cómo puedes empezar a incluirlos en tu dieta –más allá del sushi–.

Beneficios de las algas comestibles

Aunque confieso que me encanta usar este tipo de alimentos en las comidas para romper la monotonía y variar los sabores, texturas y colores, sus beneficios van más allá de sus cualidades culinarias. Si bien existen diferentes tipos de ‘verduras del mar’, estas tienen características nutricionales comunes:

Bajo contenido energético, por lo que pueden incluirse en el grupo de alimentos de verduras y hortalizas.

Aporte interesante de grasas como omega-3, que se asocia con la prevención de enfermedades cardiovasculares, aunque su contenido de grasas en general es reducido. 

Bajo aporte de carbohidratos con una cantidad importante de fibra, buena opción para mejorar el tránsito intestinal y controlar niveles de colesterol en sangre.

Aportan aminoácidos esenciales, es decir, aminoácidos que no podemos sintetizar en nuestro cuerpo, y que son compuestos orgánicos que dan forma a las proteínas.

Fuente de antioxidantes, vitaminas y minerales. Destacan las vitaminas B1, B2, A y C, y su composición mineral está relacionada con el agua marina, destacando sodio, yodo, cloro, potasio, fósforo, magnesio, hierro, entre otros.

Adicionalmente, las algas comestibles tienen la propiedad de absorber toxinas en su superficie, de ahí su ‘fama’ de desintoxicantes, recomendándose de hecho su consumo en casos de posible acumulación de metales, como ocurre con los fumadores. Estas son algunas de las algas más populares:

Wakame: son de las algas más ricas en proteínas, fibra y minerales como el yodo y el calcio.

Espirulina o spirulina: brindan un buen aporte de proteínas, incluyendo  aminoácidos esenciales con buena biodisponibilidad, la principal grasa que aporta es Omega-3, y contiene vitaminas y buenas cantidades de antioxidantes.

Chlorella: se considera un alga desintoxicante y depurativa, ya que ayuda a eliminar las toxinas que se acumulan en el cuerpo.

Kombu: rica en proteínas, hierro, fibra, y minerales como el yodo; aunque por su contenido de éste último, se recomienda no abusar de su consumo.

Nori: contiene gran cantidad de vitaminas y minerales (sobre todo yodo), así como fibra.

Formatos en los que las consigues y sus usos

Probablemente hayas comido más algas de las que recuerdes o sepas. Muchos productos de consumo habitual como los productos “light”, natillas, flanes y embutidos contienen sustancias llamadas hidrocoloides que provienen de las algas, y se utilizan básicamente para dar al producto otras propiedades: gelificantes, espesantes y emulsionantes.

No obstante, la fama creciente de las algas comestibles hace que podamos encontrarlas más fácilmente en nuestro entorno en los siguientes formatos:

Nori: es la que más se consume y seguramente la conoces ya que su principal uso es para envolver el famoso sushi. Tiene un sabor dulce delicado, y lo puedes conseguir en paquetes de hojas finas de color verde oscuro, o en ensalada de algas. Puedes usarla troceada en ensaladas, y para guisos y sopas.

Espirulina: suele encontrarse como suplemento dietético o en polvo, por lo que se usa mucho en la elaboración de smoothies, sopas, o salsas, aunque también puedes usarla en otras preparaciones como por ejemplo, un guacamole. Tiene un sabor fuerte por lo que se recomienda usar en poca cantidad.

Chlorella: también en forma de polvo o comprimidos, por lo que su uso es similar al de la espirulina.

Agar-agar: se utiliza como espesante o gelificante, por lo que se usa mucho en repostería o para hacer salsas. Cada vez lo usan más los veganos y vegetarianos al ser una opción vegetal, siendo muy útil para elaboración de quesos veganos. Puedes conseguirla en los formatos de polvo, copos y tiras.

Wakame: se vende entera, en trocitos o deshidratadas; es importante cortarla antes de hidratarla ya que aumenta mucho su tamaño. Es muy usada en ensaladas, caldos, y platos de quinoa o arroz; atrévete a usarla para preparar recetas más tradicionales como un risotto o una paella y dar un twist delicioso a tus menús.

Kombu: se consigue en formato deshidratado o en tiras, y se suele usar para añadir a guisos y sopas.

Cada alga tiene un uso diferente según su textura y sabor, similar a lo que sucede con los vegetales en nuestra cocina. Sin embargo, a medida que las conozcas mejor –y con un poco de imaginación– podrás incluirlas más a menudo en tu dieta y aprovechar así todos sus beneficios.

Lo que debes considerar sobre las algas comestibles

Algunas de estas verduras del mar las consigues ya procesadas en los supermercados, por lo que leer el etiquetado del empaquetado es esencial a fin de evitar que tenga ingredientes ocultos que puedan afectar nuestra salud como azúcares refinados.

Al ser un producto de origen marino, y tener la propiedad de absorber toxinas, se corre el riesgo de ingerir aquellos metales que pudieron haber absorbido las algas previamente en el agua, por lo que es importante verificar su área y origen de cultivo y preferir las de cultivo ecológico o bio. No te asustes, se trata de elegir un alimento de calidad; lo mismo que haces cuando compras pescado, frutas y/o vegetales, en donde buscas proveedores que cumplan las prácticas adecuadas de cría y cultivo a fin de controlar su contenido de metales pesados y pesticidas.

Por último, es importante entender que todo en exceso es malo, y el consumo de estas ‘verduras marinas’ NO es la excepción. Su consumo desmedido puede afectar la función tiroidea (alteración conocida como bocio) debido a su alto aporte de yodo. Aunque esta alteración no es común en Japón, en donde el consumo de algas es importante. El Comité Científico de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) recomienda que en España tengamos un consumo moderado de algas. 

La globalización nos ha permitido conocer otras culturas e, incluso, traerlas a nuestros hogares a través de ingredientes exóticos como las algas comestibles. Más allá de eso, nos ha permitido traer a nuestra cocina alimentos buenos para la salud, que nos ayudan a mejorar nuestro estilo de vida. Además de aportar nutrientes e ingredientes bioactivos, las algas comestibles tienen propiedades culinarias, haciendo que su inclusión en tu dieta sea un paso más para ampliar el camino que te lleve a vivir bien, más y mejor.

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