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La soja pertenece a la familia de las leguminosas como las judías o los guisantes. Al ser una semilla dentro de una vaina con un coste de producción muy barato, en los últimos 50 años las grandes industrias han apostado mucho por ella y nos la han vendido como un alimento sano y natural.

Pero, al contrario de lo que muchos piensan, la soja no es tan maravillosa. Para empezar, la soja que conocemos hoy en día dista mucho de la soja original que descubrió Sheng-Nung, emperador chino, hace 3000 años. Hoy en día solo se encuentra la soja transgénica o GMO. Al estar tan modificada ya no es natural y prácticamente ha perdido todos los nutrientes que tenía, añadiendo químicamente otros para abaratar costes y para que sea más atractivo ante las grandes masas.

Dentro de los productos hechos a base de soja los más comunes son la leche de soja, el tofu, harina de soja, aceite y salsa de soja. Todos estos productos están muy arraigados dentro de la dieta de vegetarianos y veganos, la comida asiática y los alérgicos a la lactosa, por ello merece la pena hablar de los riesgos que puede ocasionar su consumo. 

1. El aceite de soja incrementa la grasa corporal y la diabetes.

La Universidad de California Riverside (UCR) hizo una investigación en la que descubrió que los sujetos con una alimentación con aceite de soja tenían un índice de grasa corporal muy superior al de los sujetos con alimentación con otros aceites y mantequilla. Además, ese grupo consumidor de aceite de soja sufría grasa hepática y resistencia a la insulina. 

2. Inflamación y riesgos de enfermedades cardiovasculares

El aceite de soja contiene ácidos grasos esenciales omega-6 y omega-3. Ambos, como su nombre indica, son esenciales y necesarios para el cuerpo. Sin embargo, siempre debe haber un equilibrio entre ambos. No podemos consumir uno y el otro no. Esto ocurre con el aceite de soja. Contiene una elevada tasa de omega-6, pero apenas contiene omega-3, lo que se relaciona con un efecto nocivo en el organismo aumentando la inflamación y la presión arterial. También hay estudios que aseguran que esto puede dañar las células del corazón y debilitarlo.

3. Producto fabricado con químicos agresivos

A diferencia del aceite de oliva o el de aguacate, en donde se obtiene el aceite al prensar la fruta, el proceso de la soja no es así. Para poder obtener el aceite de los granos de soja hace falta una temperatura muy elevada, disolventes químicos, blanqueadores y desodorantes que pueden ser muy perjudiciales.

De hecho, hay pruebas que demuestran que este tipo de aceite puede contener niveles más altos del disolvente hexano del que está permitido.

4. La soja puede tener un impacto negativo en la fertilidad

La soja imita el efecto del estrógeno en el cuerpo, causando efectos perjudiciales en el cuerpo. En el caso de los hombres adultos que consumen soja pueden llegar a experimentar problemas de fertilidad, tal y como han destacado algunos estudios.

5. Puede llegar a generar cáncer

En la mayoría de restaurantes y fábricas de alimentos procesados se utiliza el aceite de soja como grasa para cocinar. El problema al someter al aceite de soja  a altas temperaturas se produce una gran dosis de grasas oxidadas. En estudios hechos con ratas hembras se alimentó a un grupo con aceite de soja y a otro con mantequilla clarificada o Ghee. El grupo de ratas de aceite de soja presentaba mayor incidencia de tumores, de mayor tamaño y de evolución más rápida.

Por todo ello, os recomendamos sustituir el aceite de soja por otras grasas naturales vegetales y animales, como el aceite de oliva, coco, aguacate o mantequilla. Con todas ellas podrás cocinar y  conseguir un resultado delicioso de forma saludable.