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Si durante el día a día os enfrentáis con el dilema de qué comer para acompañar ese plato de carne, pollo o pescado; no os preocupéis. Dejar de pensar en arroz, pasta, pan y otros cereales es muy fácil cuando aprendemos a comer y a preparar vegetales y verduras que sepan bien y se conviertan en las protagonistas de nuestros platos. Os dejamos tres fabulosas recetas de tubérculos y verduras que sirven como fenomenales acompañantes en cualquiera comida y con los que quedaréis más que satisfechos al comer.
Cremas de verdura al horno:
Ahora que llega el otoño y vemos que la oferta de verduras de tierra como la remolacha, la calabaza, los nabos y otros están en todos los puestos de verdura, es una oportunidad magnífica para cocinar recetas que acompañen el clima típico de octubre. Una crema calientita y con bastante cuerpo se hace muy fácil utilizando una selección de verduras y tubérculos que cocinados al horno hacen una crema espectacular: sedosa y suave pero con mucha sustancia para que nos acompañe en la comida del día en la que decidáis tomarla. Esta de la foto es una crema de calabaza, zanahoria, cebolla y pimiento al horno, con una base de caldo de huesos.
Verduras asadas al horno:
Sí. Simple pero no falla. Solemos hacer esto muchísimo para acompañar un buen plato de carne en la comida porque podemos hacer mucha cantidad y utilizarlo en varias recetas. Una selección de tubérculos al horno aporta color – un indicador infalible de lo bien que estamos comiendo – fibra, almidones naturalmente presentes en estos alimentos y además nos satisface al comer. A nosotros nos gusta combinar remolachas, zanahorias, batata o boniato, patata, calabaza o tupinambos, también conocidos como patacas o alcachofa de Jerusalén. Combinadlos con hierbas frescas, mantequilla ecológica y sal y tenéis un acompañante delicioso y nutritivo.
Rösti de boniato:
El rösti es el hashbrown nórdico y suele hacerse de patatas. En su versión más nutritiva y colorida yo lo he hecho de boniato y ha quedado estupendo y naturalmente dulce. Me arriesgaría a probarlo con otros tubérculos como la remolacha porque quedarían espectaculares. Va bien con nata y cebollino, queso fresco e incluso un huevo poché encima para desayunar.