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¿Sabías que consumir plantas adaptógenas puede hacer tu vida más fácil? Una infusión de Ashwagandha, Tulsi o Cordyceps puede ser de gran utilidad a la hora de combatir el estrés, ayudando además a descansar mejor, afrontar los retos del día a día e incluso a combatir una enfermedad o factores ambientales como el frío extremo. 

A estas plantas se les conoce con el nombre de adaptógenas y su efecto no es sobre ningún órgano o sistema en concreto, sino sobre todo el organismo en general. Lo que hacen es mejorar la resistencia del cuerpo ante las situaciones de estrés físico y emocional que puedan darse e nuestro día a día. 

Historia de las plantas adaptógenas 

El término adaptógeno fue establecido en 1947 por el científico ruso N.V. Lazarev para englobar una serie de sustancias naturales (plantas, hierbas, raíces…) que habían sobrevivido a las glaciaciones adaptándose a las condiciones más severas. En plena Guerra Fría, los rusos comenzaron a experimentar con estas plantas en la dieta de sus deportistas, astronautas y militares para retrasar la fatiga, aumentar el rendimiento intelectual, mejorar la concentración y ayudar a prevenir infecciones.

Lazarev investigó durante casi 50 años estas plantas juntos a los doctores Brekhman y Dardymov, que finalmente definieron estas plantas como sustancias naturales y no tóxicas que tienen la capacidad de provocar un estado de resistencia al estrés físico, emocional y ambiental; y que además tienen un efecto normalizador sobre el organismo, ayudando a restaurar las funciones que el estrés crónico ha alterado.

Efectos de las plantas adaptógenas 

Hay estudios que ya avalan el efecto de los adaptógenos y aseguran que sus nutrientes y fitosustancias:

• Combaten la fatiga. 
• Mejoran el rendimiento mental.
• Alivian la depresión y la ansiedad.
• Combaten el estrés.
• Incrementan las defensas.
• Aportan sensación de bienestar.
• Mejoran la fertilidad.
• Ayudan al proceso digestivo.

Adaptógenas vs estimulantes

Los estimulantes como el té o el café lo que hacen es provocar un pico de energía, seguido de un bajón y de un descenso del rendimiento. Pero los adaptógenos no son estimulantes, tampoco tranquilizantes. Lo que hacen es regular, equilibrar, aportando a cada persona lo que necesita.

Por ejemplo, una misma sustancia a alguien le puede ayudar a dormir, a descansar; mientras que a otra le da energía y le despierta. Depende de lo que necesite cada persona, pero el objetivo es el mismo: Reequilibrar el organismo.

Los adaptógenos más utilizados

• Rodiola Rosea: el extracto de rodiola es uno de los adaptógenos más efectivo para lograr un estado de relajación, controlar el estrés, disminuir la fatiga y mejorar el rendimiento.
• Reishi: beneficia al corazón, al hígado, a los pulmones y a los riñones. También potencia la inmunidad, por lo que sirve especialmente en invierno para protegernos de catarros y enfermedades. Combate alergias alimentarias, es antiinflamatorio y antienvejecimiento. Su textura es terrosa y su sabor amargo lo convierte en un maravilloso sustituto del café.
• Ashwagandha: el extracto de la raíz de esta planta es, según muchos estudios, antioxidante, alivia el dolor, reduce la ansiedad y el cortisol y aumenta el rendimiento deportivo. Lo que más me gusta es que además ayuda a dormir.
• Eleuterococo (ginseng siberiano): ayuda al organismo a adaptarse a condiciones físicas adversas, reduce la fatiga crónica, aumenta el rendimiento cardiovascular y podría proteger de daños cerebrales.
• Cordyceps: a este hongo asiático se le atribuyen propiedades energizantes, antiedad y anticancerígenas. Además es beneficioso para equilibrar el sistema hormonal.
• Maca: aporta energía, disminuye el cansancio, mejora la fertilidad, la calidad del sueño y el estado de ánimo. Su sabor es entre amargo y salado y en polvo combina muy bien con el yogur.
• Tulsi (albahaca sagrada): Se utiliza para apoyar una respuesta saludable ante el ambiente, el estrés, la contaminación, el exceso de materiales pesados en el organismo, para limpiar y desintoxicar el cuerpo, aumentar la resistencia y la energía y restaurar el equilibrio y la armonía.

Lo habitual es tomar estas plantas infusionadas en una bebida, aunque también se pueden utilizar en su versión en polvo para añadir más fácilmente a smoothies, yogures e incluso guisos.  

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