Lo primero que debéis hacer es picar el ajo finamente. Si habéis adquirido las gambas enteras, pelarlas, remover la cabeza y la piel. Si lo deseáis, remover también el hilo negro del costado.
En una sartén, calentar y derretir una buena cantidad de mantequilla. Añadir los ajos y saltear por un minuto hasta que comiencen a soltar sus aromas. Disminuir el fuego a un nivel medio y saltear los ajos hasta que estén dorados.
Añade las gambas a la sartén en este momento, un poco de sal y la pizca de azafrán. Saltearlas por ambos lados hasta que estén de un color rosa vivo. Hay que evitar hacerlas demasiado porque quedarán muy secas para comer.
Para servirlas, podéis pasarlas a una cazuela y decorar con perejil picado y una rodaja de lima.