Elige las semillas de sésamo. Existen crudas y tostadas. Ambas son igual de válidas. Yo decidí mezclarlas más o menos al 50%. Con las tostadas se consigue un sabor ligeramente más intenso.
Si solo tienes crudas y prefieres tostarlas, con una sartén limpia y sin aceite echa las semillas. A fuego medio ve tostándolas. No dejes de mover la sartén y las semillas para que no se peguen ni se quemen.
Mete todas las semillas en el procesador de alimentos y tritúralas durante al menos 25 minutos o hasta que se forme una pasta.
Si se van quedando semillas sin triturar en las paredes del vaso, para la máquina y con una espátula ve bajando las semillas.
Verás que después de 25 minutos a máxima potencia las semillas se han convertido en una crema. Mientras más tiempo lo dejes más cremoso quedará.
Si quieres darle un toque extra de cremosidad añade una cucharada de aceite. Lo mismo pasa con la sal. Para darle un toque de sabor puedes añadir sal.