Mezclar la cúrcuma con la pimienta muy bien, para que se suelte la curcumina.
En una olla poner a hervir el agua. Echarla poco a poco junto con la cúrcuma y la pimienta hasta que se forme una pasta.
Añadir el aceite de coco, y sirope o miel (al gusto) y remover bien con ayuda de unas varillas.
Pasar la mezcla a un bote de cristal y guardar en el frigorífico por un máximo de 2 semanas. Esta pasta también sirve para condimentar otros platos. Y además aguanta bien una semana o 10 días en la nevera.
En un cazo calentar la leche (sustituir por bebida de avena, almendra...).
Echar una cucharadita de pasta de cúrcuma en la taza.
Disolver bien la pasta en la leche caliente y si quieres, añade un toque de canela o cacao. Yo he utilizado Cacao Soluble de Natruly.
Es el momento de añadir los toppings que quieras: semillas, granola, avena...
¡Y listo! Solo queda servir la “Golden Milk” en un par de tazas y disfrutar de todo su sabor y sus magnificas propiedades.