Al escoger los tomates, asegúrate que estén firmes y no tengan abolladuras o golpes que hayan podido perjudicar su interior. Lávalos siempre antes de comerlos.
Corta el tomate en cuadradillos de aproximadamente medio centímetro y colócalo en un recipiente hondo.
Corta la cebolla en cuadritos muy pequeños y transfiérela al bol.
Pica el cilantro muy pequeño, hasta los tallos y añádelo a la preparación. Añade el zumo del limón, la sal y la pimienta al gusto. Mezcla bien y ajusta la sazón si es necesario.
Puedes guardarlo en la nevera durante 1 o 2 días en un recipiente hermético.