En una olla grande añadir la cebolla, las zanahorias, el ramo de hierbas, las hojas de la cebolleta y el pollo. Cubrir con agua y tapar. Cocinar por 45 minutos hasta que el caldo se haya reducido y el pollo esté blando.
Retirar la cebolla, las hierbas y la zanahorias y desechar o reservar para otra receta.
Retirar las piezas de pollo y desmenuzar la carne. Desechar los huesos y vuelve añadir la carne del pollo al caldo.
Añade la sal y la pimienta, prueba y ajusta la sazón del caldo a vuestro gusto.
En otra cazuela hervir agua. Una vez haya hervido, añade un huevo dentro, reduce el fuego a medio y cocina por 5 minutos si deseas que la yema esté líquida o 7 minutos si te gusta un poco más firme – pero aún suave -. Retira del fuego y desecha el agua.
Añade el repollo en finas tiras unos pocos minutos antes de servir porque de hacerlo antes se marchitará y no será crujiente.
Sirve el caldo, decora con ruedas de cebolleta, guindilla fresca y cilantro. Añade el huevo cortado por la mitad y un poco de pimienta o sal gruesa por encima.