Hacer el puré de boniato con antelación si deseáis ahorrar tiempo. Podéis hacerlo una noche antes y conservarlo en la nevera o incluso utilizar las sobras de uno que ya hayáis comido para realizar este pastel.
Cortar los boletus, la cebolletas y el tomate en trozos pequeños. Reservar en un bol aparte.
En una sartén caliente derretir la mantequilla. Una vez que esté burbujeando ligeramente, añadir la cebolleta, el boletus y el tomate. Saltear hasta que la cebolla esté traslúcida, el boletus dorado y el tomate casi desecho en trozos más pequeños.
Incorporar la carne picada a la sartén y, con la ayuda de una cuchara de madera, romperla en trozos muy pequeños mientras se unen todos los vegetales con la carne. Sofreir unos minutos hasta que la carne empiece a dorarse ligeramente.
Añade el tomate triturado y cocinar hasta que se haya reducido un poco el agua del mismo. En este momento, añadir la nata y mezclar.
Ajusta la sazón añadiendo sal y pimienta al gusto. Cuando la salsa esté espesa pero cremosa, retira del fuego e incorpora albahaca picada u orégano. Reserva hasta que se haya enfriado un poco.
Untar un molde para hornear con mantequilla y precalentar el horno a 175ºC.
Añadir una buena porción de carne en el molde. Cubrir con queso parmesano y espolvorear un poco de orégano o albahaca. Cubrir la carne con el puré de boniato, extendiendo hasta que se forme una capa uniforme.
Añadir el resto del queso encima y más hierbas frescas para darle aroma y llevar al horno hasta que el tope esté crujiente. Aproximadamente unos 15 a 20 minutos.
Retirar del horno y dejar enfriar antes de servir.