En primer lugar tenéis que lavar bien las endibias y quitarles las partes que estén más “feas”. Recordad lavarlas muy bien porque es un alimento que nos vamos a comer crudo. ¡Las endibias cocinadas pierden muchas de sus proteínas!
Luego saca las hojas de la endibia y colócalas en un plato. Yo lo hice así a modo de círculo porque me pareció que quedaría bien, pero, al final la presentación del plato es cosa de cada uno.
Luego coged una cucharita pequeña y llenarla sin miedo de queso cremoso. Colocadlo encima de cada endibia pero por la parte más blanca, es decir por el final.
Lavad también muy bien el rabanito y cortadlo en gajos. Yo los corté finos pero el grosor también depende de vuestros gustos. Al picar un poco contrasta muy bien con el queso y el sabor de las endibias.
Finalmente para decorar puse el brócoli, sin cocer, en el centro del plato y algunos trocitos por encima de las endibias. Si queréis podéis cocinarlo y comerlo también. ¡Seguro que en el plato queda genial!