Cortamos todos los ingredientes de la salsa en trozos homogéneos y sofreímos con un chorrito de aceite de oliva, puedes utilizar una olla grande porque saldrá bastante.

Cuando todas las verduras estén pochadas, añade sal y pimienta al gusto y cúbrelas con el agua. Deja que la salsa cueza durante 30-40 minutos, porque mientras más tiempo la dejes, más concentrado quedará el sabor.

Ahora coge las verduras del ratatouille como tal y rebánalas en trozos del mismo grosor. Yo para conseguirlo utilicé un corta fiambres o mandolina. Sé que los chefs profesionales me odiarán por ello, pero es la forma más sencilla para conseguir lonchas de verduras del mismo grosor. También puedes cortarlo con un buen cuchillo.

Precalienta el horno a 180ºC. Coge un molde para horno y engrásalo con un poco de aceite de oliva o coloca un papel antiadherente en el fondo del molde.

Cuando la salsa esté completamente lista y a tu gusto puedes triturarla o dejarla en trozos, eso queda a tu gusto. Yo la dejé en trocitos pequeños, pero siéntete libre de ponerla como tu quieras.

Echa un poco de salsa en el fondo del molde y espárcela para cubrir todo el fondo.

Coge las verduras cortadas en rebanadas y vete colocándolas en orden una detrás de la otra. Yo decidí ponerlas en forma circular, imitando los pétalos de una flor.

Con un papel de horno tapa el molde, así no se te quemará la verdura. Métela en el horno durante 90 minutos.

10 minutos antes de acabar, quítale el papel superior al molde y déjalo gratinar.

Aunque no sea muy tradicional, si quieres puedes añadir en ese momento un poco de queso parmesano rallado o mozarella. Le dará un acabado genial.

Saca el molde del horno y ¡pon la mesa! Alucinarás con los olores tan deliciosos.