Precalienta el horno a 180ºC.
Pela los plátanos y machácalos con un tenedor. Si ya se empiezan a pasar son perfectos ya que estarán más blandos y dulces.
Añade el azúcar de coco o el jarabe de arce y mézclalo bien.
Echa los huevos enteros, la vainilla y la mantequilla derretida.
Bátelo con unas varillas muy bien hasta que quede una masa líquida y homogénea.
Añade la harina y la levadura a la mezcla. Incorpora bien la harina hasta que no queden restos por las paredes del bol.
Vierte la mezcla en un molde para horno. Si es metálico recuerda poner papel de horno o engrasarlo previamente. Yo usé un molde rectangular de silicona, por lo que no hace falta engrasarlo.
Mete el bizcocho en el horno durante 50-60 minutos. Cada horno es distinto, por lo que a partir de los 40 minutos revísalo y pínchalo hasta que esté dorado por fuera y hecho por dentro.
Para la compota abre los albaricoques y quítales el hueso o semilla. Córtalos en trozos medianos e introdúcelos en una olla o cazuela. Si no te gusta la textura de la piel o prefieres que te quede una compota más fina puedes pelarlos previamente.
Al mismo tiempo añade los anises estrellados.
A fuego medio revuelve y añade ¼ de taza de agua.
Cuando empiece a hervir baja el fuego prácticamente al mínimo.
Deja que cueza durante 25-35 minutos hasta que la fruta se haya desecho y el agua se haya evaporado.
Para servir la compota y el bizcocho puedes hacerlo caliente o dejarlo enfriar en la nevera una hora. De ambas formas está riquísimo.
Pon una cucharada de crème fraîche y una hoja de menta.