Pon en la olla un buen chorro de aceite de oliva virgen extra.

Cuando esté caliente, salpimienta el pollo al gusto e introduce los cuartos traseros de pollo por el lado de la piel.

Deja que se doren durante 5-8 minutos por cada lado. No los muevas. Aunque parezca que se han pegado espera a que se forme una costra crujiente en la piel. Cuando esté listo y sea el momento de darle la vuelta, el pollo se despegará perfectamente del fondo de la olla.

Mientras esperas a que el pollo se dore, corta en trozos muy pequeños la cebolla y el pimiento rojo. Resérvalo hasta que el pollo esté dorado por ambos lados.

Antes de exprimir las naranjas, coge una y lava bien la piel antes de cortarla. Con un rallador o un cuchillo raspa y/o corta pequeños trozos de la piel. Procura no coger la parte blanca del interior de la naranja, ya que es donde se encuentra todo el amargor de la fruta.

Añade la ralladura, la cebolla y el pimiento dentro de la olla tras haber dorado el pollo por ambos lados. Remueve con energía para que se esparza bien. Deja cocer otros 5 minutos a fuego medio alto.

Exprime el zumo de las naranjas hasta conseguir 2 vasos llenos de zumo. Añade el zumo entonces a la olla, echa tomillo al gusto y cierra la olla exprés.

Deja cocer durante 15 minutos a la temperatura que te indique tu olla. En caso de no tener olla exprés, deja cocer el pollo a fuego medio y tapado durante 30-35 minutos o hasta que pinches el pollo y esté suave.

Corta un par de rodajas de naranja. Sirve en un plato con algo de fondo el pollo acompañado con la cebolla, el pimiento y la salsa. Acompáñalo con las rodajas de naranja frescas. Añade también un poco de perejil y añade sal en escamas al gusto por encima del pollo.