Para que estas galletas de jengibre queden deliciosas, necesitas preparar la masa un día antes para que repose en la nevera durante toda la noche.
Caliente en una olla la leche o el agua. Cuando esté tibia, añade la mezcla de especias con el jengibre, la canela, el cardamomo, el clavo en polvo y la sal. Añade también la ralladura de naranja amarga y el azúcar de coco. Mezcla todos los ingredientes hasta que quede bien integrado.
A la mezcla anterior, añade la mantequilla, la miel y la crema de avellanas, y remueve hasta obtener una mezcla homogénea.
A continuación, incorpora la mezcla de harinas (de trigo sarraceno,de coco, de quinoa, de tapioca y la harina de avena de vainilla). Usa la harina de tapioca para evitar que la masa se pegue a las superficies.
Una vez añadidas las harinas incorpora la almendra molida y remueve. Al final, obtendrás una masa compacta de color oscuro.
Introduce la masa en la nevera y déjala reposar toda la noche.
Saca la masa de la nevera y deja que se atempere. A continuación, extiende la masa sobre una superficie plana con la ayuda de tus manos y un rodillo.
Una vez tengas la masa extendida, escoge tu cortador de galletas favorito y dale forma a las galletas. Aprovecha los sobrantes de la masa para volver a amasarlos y obtener más galletas.
Coloca las galletas sobre una bandeja cubierta con papel de horno y hornéalas entre 10 y 15 minutos. Vigila que no se quemen.
Una vez doradas, retíralas del horno y déjalas enfriar. Es importante este último paso porque las galletas salen blandas del horno y es cuando se enfrían y quedan crujientes.
Finalmente, una vez se hayan enfriado, decóralas a tu gusto ?