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Cada vez escuchamos a más personas hablando sobre Colon Irritable (CI), pero más allá de ser tendencia, la realidad es que es un trastorno cada vez más común a nivel mundial. A pesar de esto, el desconocimiento de los síntomas y, sobretodo, del tratamiento del colon irritable es PREOCUPANTE.

La Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD) dice que 2 de cada 5 personas NO saben lo que es el colon irritable a pesar de tener los síntomas, y señala además que (1):

• El 30% de las personas que van a Medicina General por problemas intestinales y son referidas al especialista, padecen Síndrome del Intestino Irritable (SII);
• De este 30%, sólo un 19% se diagnostica en la primera consulta; y
• El 56% de los pacientes restantes requieren de hasta 5 consultas antes de recibir un diagnóstico confiable.

Números que deberían sorprender si consideramos cómo éste trastorno puede llegar a afectar la vida de una persona (física y mentalmente). ¿Lo más preocupante? Muchos deciden someterse a dietas estrictas sin recibir un acompañamiento profesional adecuado y, además, sólo ven como el único tratamiento del colon irritable a la alimentación. Pero, ¡no todo es la comida! ¿Sabes que el ejercicio también puede ser tu gran aliado?

A muchas causas, ¡muchas soluciones!

Los expertos creen que las enfermedades intestinales se originan por muchas razones, que pueden ir desde la alimentación y la alteración de la microbiota intestinal, hasta alteraciones emocionales como el estrés, la ansiedad y la depresión. Ser consciente de esto ayuda a entender que el mejor tratamiento para el colon irritable también debe abordar muchas áreas.

Evidentemente, la alimentación es uno de esos pilares, ¡pero no el único! como muchos creen. Existen otras herramientas que puedes utilizar a tu favor y que, además de mejorar tu salud, te ayudarán a mejorar tu calidad de vida al permitirte ser menos restrictivo con un tema tan importante como es tu alimentación.

Para el tratamiento del colon irritable, las actividades que ayudan a manejar tus niveles de estrés son MUY recomendables. Aquí podemos encontrar acciones muy sencillas de hacer y que no toman mucho tiempo de tu día –pero que traen bastantes beneficios–, como por ejemplo la meditación, el yoga, una caminata al aire libre, o hacer algo que te guste y relaje como puede ser leer un libro y, por supuesto, hacer actividad física regularmente.

El ejercicio, tu socio en el tratamiento del colon irritable.

Muchos desconocen los beneficios que trae el ejercicio a la salud intestinal, y si le sumamos el malestar físico que puedas sentir, puede que lo último que te apetezca es moverte o, incluso, creas que el ejercicio te hará sentir peor o favorezca que tengas algún “accidente”.

Au contraire! ? Se ha comprobado que la actividad física favorece la mejora de los síntomas ya que ayuda a manejar el estrés, estimulando la producción de sustancias como las endorfinas. Estas dan sensación de bienestar, reduciendo el efecto negativo de las hormonas producidas por estrés, ansiedad y depresión (posibles causas del CI), lo que se traduce en un mayor nivel de energía, y una reducción -o incluso desaparición- de las molestias.

Además de esto, el ejercicio ayuda a mejorar la digestión, eliminar gases, reducir la distensión, y mejorar la rutina para ir al baño –todos síntomas característicos del colon irritable–. Lo mejor es que, a diferencia de muchos medicamentos, son resultados cuya eficacia se mantiene a largo plazo (3).

Así que cambia el enfoque, ponte las gafas de la motivación, y ¡anímate a actuar! Empieza con la actividad con la que te sientas más cómodo y al ritmo que más te convenga –lo importante es, al menos, aumentar el ritmo cardíaco y acelerar la respiración– y sacúdete el malestar.

¡Hágase tu voluntad! Sino no va a funcionar.

Se ha determinado que el ejercicio voluntario ayuda a reducir los síntomas de enfermedades relacionadas con el intestino en general, mientras que un entrenamiento o rutina obligatoria hace más intensos los síntomas (2). 

Así que sentirte cómodo con la actividad física que hagas es FUNDAMENTAL. Pues muchas veces nos someten –o sometemos– a rutinas de actividad física de forma sistemática y no consciente, más por obligación que por la motivación de mejorar nuestra salud y calidad de vida.

Esta respuesta la atribuyen a que, cuando se realiza una rutina de actividad física voluntariamente, se reduce la expresión de genes pro-inflamatorios; mientras que forzarse a hacer ejercicio aumenta la expresión de estos y, además, favorece la alteración del ambiente microbiano del intestino.

Toda esta alteración pro-inflamatoria y de la microbiota termina produciendo complicaciones para la salud, y no sólo a nivel intestinal. Pero para no desviarte del tema, puedes revisar más sobre la microbiota en otro de mis post ?.

Sin embargo, ten en cuenta que cada caso tiene sus particularidades, por lo que lo ideal es que si quieres incluir una rutina de actividad física más intensa, lo consultes con tu especialista.

Conquista a tu mente, y conquistarás a tu intestino.

Cada vez son más las investigaciones que apuntan que manejar los pensamientos es de gran ayuda al momento de afrontar una enfermedad –yo creo que, incluso, al afrontar cualquier situación–. Por lo que, más allá de trabajar lo externo (alimentación y actividad física), te invito a que trabajes también tu parte interna (sentimientos y emociones), a fin de darle un enfoque positivo a cualquier tratamiento que decidas seguir, entendiéndolo como algo que te va a ayudar a mejorar, tu salud, tu calidad de vida e, inclusive, tu entorno.

Y tú, ¿abordas este trastorno de forma integral? Cuéntame, ¿cómo lo haces? y ¿qué te ha funcionado?

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• ¡Olvídate de las dietas! Practica la Alimentación Consciente.

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1. https://www.saludigestivo.es/campanas-de-concienciacion-y-sensibilizacion/campana-concienciacion-sindrome-del-intestino-irritable-2015/
2. https://news.illinois.edu/view/6367/204782
3. https://www.aegastro.es/sites/default/files/archivos/guia-clinica/siendrome_del_intestino_irritable.pdf

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