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Todo lo que podemos aprender de Suecia

Tiempo de lectura estimado: 2 minuto(s)

Mi país, Suecia, es uno de los más avanzados en cuanto a políticas medioambientales y climáticas. Los niveles de contaminación son prácticamente nulos, casi la totalidad de su basura es reciclada para utilizarla como energía alternativa, mucha gente se mueve en bici, su Estado del Bienestar es de los más completos del mundo y tanto el consumo de alimentos ecológicos como el porcentaje de tierras dedicadas a la producción de estos alimentos no paran de crecer.

Por todo esto, me siento muy orgulloso de mi país. En verano tengo la suerte de poder pasar aquí una larga temporada disfrutando de sus costumbres, aunque la verdad es que hay cosas muy buenas de Suecia que podemos importar a dónde queramos.

Os voy a recopilar las costumbres gastronómicas que más me gustan y las que sigo practicando cuando regreso a España.

Todo de temporada

Priorizar productos locales y de temporada es importantísimo. Vivimos en una sociedad consumista en la que nos hemos acostumbrado a comprar cualquier cosa sin importar la época del año y eso tiene repercusiones no solo para el medio ambiente, sino también en la composición, calidad y sabor de los alimentos.

Recuerda que hay frutas y verduras como las acelgas, lechugas o zanahorias que se dan de forma natural todo el año, pero otras como las naranjas, tomates, pimientos son estacionales.

Muchos frutos rojos en Suecia 

Las bayas como los arándanos, las moras o las frambuesas son muy típicas, hay muchísimas variedades y se suelen comer solas o mezcladas en yogures, tartas o tostadas. También son muy comunes las mermeladas hechas con estas frutas del bosque, a mí me encantan por su sabor y por sus increíbles propiedades.

  • Alta concentración de antioxidantes
  • Ricos en vitaminas C, B, E y minerales como el potasio, el hierro o el fósforo.
  • Cuidan la piel y el funcionamiento del corazón
  • Mejoran la circulación y evitan la retención de líquidos

Proteína, la base de la dieta 

Una de las cosas que más me gusta de la dieta sueca es que se prioriza el consumo de proteínas frente a los hidratos de carbono. La proteína que más se come suele proceder del pescado azul salvaje: el salmón o el Surströmming (arenque salado y fermentado) son los más reconocidos y yo os recomiendo consumirlos a menudo por sus propiedades antiinflamatorias beneficiosas para el corazón y el sistema nervioso.

Y en lo que respecta a carne: el alce, el reno o la ternera son las más consumidas. ¿A quién no les suenan las albóndigas en salsa Köttbullar? 

En Suecia, la pausa es sagrada 

En concreto en Suecia se llama Fika y es la costumbre de hacer un descanso en el trabajo para disfrutar con los compañeros de una charla, un café y un pequeño dulce, el más típico es el Cinnamon Roll.

Otro ejemplo de cómo los suecos priorizan el disfrute de los pequeños placeres de la vida y que parece que funciona. ¿Sabías que según los estudios Suecia es uno de los países con mayor productividad y menor nivel de estrés del mundo?

Mantequilla con todo

La mayoría de la cocina sueca tiene un toque de mantequilla, y el resultado es delicioso. Hay que desterrar el mito de que es un alimento malo, yo lo consumo a diario y me aporta mucha energía.

Puedes usar la mantequilla con moderación para cocinar o añadirle una cucharadita a tus guisos. Es una grasa buena rica en ácidos grasos que fortalecen el sistema inmune.

Cena pronto como en Suecia    

La cena es quizá la comida más importante del día, es cuando toda la familia se reúne en torno a la mesa para disfrutar de manjares típicos y contundentes como el Kroppkakor, bolitas de patata rellenas de carne frita.

La hora de la cena suele ser en torno a las 19,30 horas, muy pronto si lo comparamos con España pero más ajustado a los ritmos biológicos.

Cenar pronto es además muy beneficioso para el organismo ya que a partir de las 22 h. el sistema digestivo se ralentiza y es más difícil digerir lo que comamos a partir de esa hora.

Niklas Gustafson
Autor del post
Niklas Gustafson

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