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A la hora de salir a comer con amigos a la mayoría le resulta difícil escoger en una carta llena de alimentos alejados del estilo de vida sano y natural.

En muchas ocasiones la clave no es más que el sitio que elegimos para salir a comer. Por supuesto un restaurante normal tendrá más opciones entre las que elegir si lo comparamos con cualquier cadena de comida basura. Sin embargo y cada vez más, hay restaurantes con una carta más variada e incluso con productos sin gluten o “healthy”.

Pero no os asustéis. Comer sano no significa limitarse a la sección de ensaladas (aunque son perfectamente válidas). Lo que tenemos que tener en cuenta sobre todo es elegir lo mismo que elegiríamos estando en casa. Por ejemplo, si escogemos una pieza de carne, pollo o pescado, muchas veces viene acompañado de patatas fritas. Pues bien, en ese caso es muy sencillo, siempre se puede cambiar las patatas por versiones más saludables como quinoa, coliflor o una ensalada.

Otro punto importante y es en el que muchas personas sucumben es en las salsas. Las salsas preparadas como ketchup, salsa barbacoa, aderezos de ensaladas y una gran lista de etcéteras suelen contener grandes cantidades de azúcar refinado. De hecho, en la mayoría de ellas el azúcar es el ingrediente principal sin tan siquiera tener un sabor dulce que nos alerte. Por ello es importante que siempre que se pida una ensalada o cualquier tipo de plato que contenga salsa pedirla que nos la pongan aparte. De esta forma tendréis la libertad de añadírsela o no dependiendo de qué sea o sustituirla por vinagres o aceites, infinitamente más saludables y, en mi opinión, mucho más rico.

Cada vez hay más restaurantes especializados en ofrecer una cocina saludable, con una carta libre de grasas trans, azúcar e hidratos de carbono refinados y productos procesados. De hecho, para mi sorpresa y alegría comienza a estar de moda no vender refrescos y bebidas azucaradas en muchos restaurantes de comida natural (que no quiere decir cruda o falta de sabor). En sustitución venden zumos naturales recién hechos, aguas de sabores o infusiones libres de azúcares añadidos.

Al principio puede parecer difícil, especialmente si queremos gastar muy poco dinero. La comida más barata es la peor que podemos encontrar en el mercado. El mejor consejo que puedo dar, especialmente al inicio del cambio de estilo de vida es alejarse todo lo posible de las posibles tentaciones. Llegará un momento en el que no nos atraiga toda la comida procesada y llena de azúcar, pero durante el periodo de “adaptación” y “desenganche” de esta “droga” hace falta mucha fuerza de voluntad para no retomar los malos hábitos. Tenemos que aprender a saborear y disfrutar del sabor original y genuino de las cosas.

El estilo de vida natural no es como las demás dietas en las que tienes un día a la semana en la que poder saltarte la dieta. Es cambiar tu percepción de la comida y tus hábitos alimenticios de forma gradual y permanente. 😀