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No eres lo que comes, eres lo que digieres

Tiempo de lectura estimado: 2 minuto(s)

Puede ocurrir que comas bien, eligiendo alimentos sanos, ecológicos, nutritivos, sin procesar, cocinados con técnicas saludables… pero que aún así notes que las comidas te sientan mal.

Esto suele deberse a que las digestiones no son buenas. En esta época del año de frío, viento e inestabilidad es más habitual que padezcamos malas digestiones, y como consecuencia, hinchazón abdominal, gases, acidez, estreñimiento…

Pero el problema va más allá, ya que todo esto significa además que los nutrientes, vitaminas y propiedades de esos maravillosos alimentos no están siendo asimilados. Por lo tanto, es como si no los hubiéramos comido.

Fuego digestivo

Muchísimas malas digestiones se deben a que el fuego digestivo es débil, y el sistema digestivo no tiene fuerza para asimilar los alimentos que ingerimos. Por fuego digestivo entendemos las enzimas y ácidos que participan en los procesos de descomposición, digestión y asimilación de alimentos.

Un fuego digestivo fuerte va a contribuir no solo a mejorar el proceso digestivo sino también a que la microbiota esté sana, los tejidos fuertes y el sistema inmunológico en perfectas condiciones.

Digestión y toxinas

El poder del fuego digestivo no solo está relacionado con la asimilación de nutrientes y vitaminas sino también con la eliminación de toxinas.

Si no digerimos bien lo que comemos, esos alimentos que no pueden asimilarse acaban por convertirse en toxinas, que quedan acumuladas en el cuerpo dando lugar a desequilibrios y, con el tiempo, al desarrollo de enfermedades.

Mis claves para mejorar la digestión:

  • Ayunar: uno de mis básicos para eliminar toxinas y activar el fuego digestivo. ¡Es como si le diéramos un merecido descanso al sistema digestivo! Te recomiendo hacer un simple ayuno semanal, es decir, durante un día solo beber infusiones y agua. Si te sientes con falta de energía, puedes tomar una cucharadita de miel o sirope.
  • Tomar bebidas tibias: las infusiones herbales bebidas poco a poco a lo largo del día ayudan al sistema linfático a eliminar deshechos y también son un importante fuente de nutrientes para las células.
  • Incluir alimentos ricos en fibra en la dieta: mi preferido últimamente es la fibra de achicoria, un componente que renueva la microbiota, previene el estreñimiento, fortalece el sistema inmunológico, mejora las digestiones, ayuda a drenar, combate la retención de líquidos, desintoxica el cuerpo… La Crema de Cacaco y Avellanas y las tabletas Chocolicius están endulzadas con fibra de achicoria. 
  • Evitar procesados: siempre, pero especialmente en esta época del año deja a un lado alimentos enlatados, harinas refinadas, embutidos, fritos…
  • Reducir las comidas frías: evita las ensaladas y los alimentos crudos y prioriza recetas calientes y fáciles de digerir como los horneados o las cremas calientes.
  • Seguir una rutina: el organismo y la microbiota funcionan mejor con unos horarios fijos para comer, y también para dormir.
  • Hacer ejercicio físico: ya que favorece el transito intestinal y si lo haces por la mañana además aporta energía para todo lo que tenemos que hacer durante el día, que incluye el proceso de la digestión.
  • Comer fuerte: cuando el sol está en su cúspide es cuando el organismo digiere mejor y por tanto, cuando debes hacer la comida más fuerte. El cuerpo asimila mejor los nutrientes y además tiene suficientes horas para metabolizarlos.
  • Cenar pronto: te recomiendo al menos tres horas antes de acostarte. Una de las razones es que cuando se va el sol el fuego digestivo baja y todo lo que comemos cuesta más digerirlo. Te recomiendo que cenes platos sencillos (uno de mis preferidos es Aguacate con Huevo al Horno) y poca cantidad. Descansarás mejor y te levantarás mejor todavía.
  • Cocinar con especias: ¿sabías que incluir especias como el jengibre, la pimienta o la cúrcuma en los platos acelera la producción de secreciones gástricas, mejora la digestión y además da un sabor súper exótico a los platos?
  • Masticar bien: mezclando correctamente los alimentos con la saliva facilita el trabajo al sistema digestivo y a los órganos encargados de eliminar las sustancias de deshecho.
  • Moderación en las cantidades: está bien no llenar nunca el estomago, de esta manera la digestión será más efectiva y la mente estará más lúcida. 

Niklas Gustafson
Autor del post
Niklas Gustafson

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