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A veces nos olvidamos de lo más simple. De nada sirve que cuidemos nuestra dieta, que tomemos recetas nutritivas, alimentos ecológicos, platos equilibrados y completos, si después fallamos en una de las cosas más básicas del proceso de asimilación que es la masticación.

La masticación es la primera fase del proceso de digestión, podríamos decir que en la boca comienza ese trabajo que después continúa en el estómago, intestinos y que culmina con la expulsión de residuos.

Pero ahí, en esa primera fase que hacemos de forma totalmente involuntaria, nuestra forma de actuar es fundamental y de cómo masticamos dependerá la calidad de la digestión, la mejor absorción de los nutrientes de los alimentos, la correcta eliminación de toxinas e incluso la cantidad de comida que tomamos.

La saliva, tu aliada

Al masticar, los alimentos deberían descomponerse en trocitos pequeños que puedan tragarse con facilidad, pero es igual de importante que se mezclen perfectamente con la saliva.

La saliva segrega una enzima responsable de descomponer los alimentos y facilitar su asimilación. Es importante dedicar tiempo a que la saliva envuelva todo el bocado.  

Cómo masticar

“Bebe tu alimento, mastica tu bebida”. Esta frase es muy conocida y representa perfectamente cómo tenemos que masticar: hasta que lo sólido sea casi líquido y lo puedas beber.

• 40 veces: Se dice que cada bocado ha de ser masticado este número de veces. Esto de contar puede ser aburrido y casi imposible de llevar a cabo, pero te puede dar un aproximativo de lo poco que solemos masticar los alimentos, la mayoría engullimos los alimentos.
• Dejar los cubiertos: Esta es una muy buena técnica. Se trata de dejar los cubiertos en la mesa entre un bocado y otro para así favorecer ese momento de masticación.
• Concentración: Cuando comas, solamente come. Esto quiere decir que deberíamos evitar las conversaciones, la televisión, los móviles y sobre todo, trabajar frente al ordenador.
• Los líquidos: también puedes hacer el gesto de masticar alimentos como el yogur, las cremas o los smoothies para que la saliva los descomponga antes de llegar al estómago.
• Deja las prisas: Reserva al menos media hora para comer con calma. Si no tienes tiempo, es mejor que lo dejes para otro momento.      

Beneficios de una correcta masticación

• Mejor asimilación de nutrientes y vitaminas de los alimentos ingeridos: cuanto más triturada llegue la comida a los intestinos, mejor serán absorbidos en esa parte del cuerpo.
• Reducción de problemas derivados de una mala digestión: si la fase de descomposición de alimentos no se da en la boca tendrá que darse en el estómago y el estómago no tiene dientes, ¿verdad? así que esa labor extra del estómago puede provocar gases, ardor, hinchazón, pesadez…
• Efecto saciante: cuanto más tiempo estamos masticando, antes nos sentimos satisfechos. Además, hay que tener en cuenta que el cerebro tarda 20 minutos más o menos en captar la sensación de saciedad. ¡No tengas prisa!
• Peso adecuado: según muchos estudios, dedicar más tiempo a masticar hace que tomemos menos cantidad de comida por lo que puede prevenir problemas de obesidad.
• Baja el estrés: al masticar se oxigena mucho el organismo provocando una sensación de bienestar.
• Mejora el sistema inmune: Un estudio ha descubierto que cuando se mastica, se estimula un tipo específico de célula inmunitaria, llamada Th17.
• Mayor placer: al masticar más tiempo, disfrutamos más del sabor de los alimentos.
• Dientes más fuertes: masticar fortalece las raíces de los dientes y promueve la salivación. La saliva ayuda a evitar las bacterias y a bajar el riesgo de caries.