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La moda manda antes que la alimentación. Comer algo porque es la moda no siempre es tan beneficioso.

Existen alimentos que pasan de ser desconocidos a estar presentes en todos los medios, redes sociales y cocinas del país. En muchas ocasiones traemos alimentos exóticos muy caros con la promesa de que son buenos para la salud o que sirven para adelgazar.

Hay veces que resulta que dicho alimento sí es lo que prometen y verdaderamente es sano. Sin embargo, otras veces acabamos sustituyendo alimentos buenos por aquellos que están de moda simplemente porque nos dicen que son mejores y no lo son.

En esta ocasión os quiero traer tres alimentos distintos que se han puesto de moda en los últimos años. Os explicamos los beneficios de cada uno y las contraindicaciones que hay detrás de ellos.

Chía

El boca a boca y las redes sociales han conseguido posicionar la chía en muchos hogares, especialmente de aquellos a los que les preocupa su alimentación y quieren cuidar hasta el último detalle de lo que comen. Con un sabor suave y agradable, las semillas de chía se adaptan a gran cantidad de platos dulces y salados. Además, su precio, aunque mayor que el de otras semillas, es razonable.

Las semillas de chía son una fuente vegetal de proteínas, calcio, boro, potasio, antioxidantes y omega-3. Al ser semillas su contenido en fibra también es alto, por lo que ayuda al sistema digestivo.

Las investigaciones sobre la chía como alimento complementario para animales ha dado resultados muy positivos. Por ejemplo, las gallinas que han sido alimentadas con chía ponen huevos ricos en omega-3. Sin embargo, aún no existen estudios suficientes que verifiquen los beneficios de la chía para los humanos.

Quinoa

La quinoa apareció de pronto y comenzó a competir con el arroz, la pasta e incluso los cereales. Al igual que la chía, la quinoa también es una semilla pero que se categoriza como pseudo cereal. Su alto contenido en proteínas, fibra y grasas saludables de omega-3 y omega-6 es muy destacable.

También aporta micronutrientes como potasio, fósforo, magnesio, calcio, zinc y hierro que resultan muy importantes para el organismo. Y un añadido es que al no contener gluten es perfecto para los celíacos como yo.

Lo malo es que el mayor aporte calórico de la quinoa es en forma de hidratos de carbono complejos. Esto quiere decir que dentro del estilo de vida natural el consumo de quinoa se debe reducir. Consumelo esporádicamente acompañando platos de pescado o carne, pero siempre en cantidades pequeñas.

Sirope de Ágave

Desde hace un tiempo la gente está cada vez más concienciada de los grandes perjuicios del azúcar refinado, además de ser conscientes de que está presente en la mayoría de los productos procesados que encontramos en los supermercados. A raíz de esta concienciación todo el mundo busca alternativas saludables con las que cocinar y que endulcen los platos.

Pues bien, existen alternativas saludables para el azúcar que podemos encontrar fácilmente. El sirope de Ágave, procedente de la planta del Ágave contiene un 85% de fructosa. La fructosa es más fácil de procesar que la sacarosa para los diabéticos, sin embargo la cantidad es más que significativa. A pesar de que se vende como el edulcorante para diabéticos en realidad no es tan buena. Este sirope está igual de procesado que el azúcar refinado ya que, a diferencia del jarabe de arce que es así de forma natural, la savia del ágave ha de ser cocida y procesada.

Como podéis ver no es oro todo lo que reluce y aunque algo se ponga de moda como algo saludable o lo vendan como natural no significa que lo sea. Comprobad siempre lo que coméis, especialmente estos nuevos alimentos que no conocemos y prometen demasiado.

¿Vosotros consumís estos productos? ¿Qué otros productos habéis empezado a consumir por influencia de las redes sociales? Contádnoslo en los comentarios. 😉