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Nos encontramos en un momento del año de fiestas y reencuentros en el que es muy normal que las emociones puedan verse un poco alteradas. A esto hay que sumar que, en la mayoría de los casos, los hábitos alimenticios estos días se vuelven más permisivos y se abusa del alcohol y la comida chatarra en forma de alimentos procesados y platos con elevados porcentajes de azúcares, harinas refinadas y grasas saturadas.
Aunque no lo creas este tipo de alimentos no solo afecta a tu cuerpo físico (hinchazón, incremento de peso, colesterol…), sino que también afecta al estado de ánimo.
¿Cómo? Puede que incluso lo hayas experimentado de primera mano alguna vez tras una comilona del tipo embutidos, fritos variados, salsas, alcohol, helado de chocolate… Al principio estos alimentos pueden dar una aparente sensación de “subidón”, pero después suele aparecer un regusto de irritabilidad, nerviosismo, insomnio, cansancio o tristeza, incluso hay estudios que confirman que un consumo excesivo de estos productos está relacionado con la depresión y la angustia.
Mis tips para mantener el equilibrio físico y emocional en las fiestas navideñas
Evitar el alcohol. Su consumo excesivo está relacionado con la depresión y los estados de ánimo bajos. Además a largo plazo provoca, entre otras muchas cosas, daños en el hígado, en el cerebro, deshidratación, cáncer de estómago, pérdida de masa muscular… Yo desde hace años brindo con cócteles sin alcohol como éste de limón que me encanta.
Evitar el azúcar. Estos alimentos producen demasiada insulina y luego nuestro cuerpo ha de enfrentarse a ese bajón en los niveles de azúcar en sangre, al regresar a su normalidad. Además su consumo está relacionado con la inflamación crónica y, como consecuencia, a un debilitamiento del sistema inmune. Eliminar el azúcar de la dieta no solo pasa por dejar los azucarillos del café sino en leer las etiquetas de todo: el tomate frito, las galletas, la bollería, los procesados… Muchísimos alimentos tienen azúcar oculto.
Apostar por alimentos grasos ricos en Omega 3: El pescado azul, los frutos secos, las semillas de lino, el aguacate… todos ellos tienen en común que son ricos en estos ácidos grasos esenciales. Su consumo está relacionado con la estabilidad emocional y anímica. Mi consejo es que siempre lleves en el bolso una súper barrita energética, mi preferida es, sin duda, la barrita Crunchy.
Incrementar el consumo de fruta y verdura fresca: Los días en los que comemos suficientes raciones de este grupo de alimentos nos sentimos no solo con más energía, sino también más relajados y felices. Suelo apostar casi siempre por el plátano ya que es un poderoso calmante del sistema nervioso. También por verduras de hoja verde, como las espinacas, ricas en magnesio y buenísimas para eliminar la tensión muscular.
Cacao. Es importante diferenciar entre cacao natural y chocolates procesados. Mientras que los chocolates tradicionales se asocian con la obesidad, la depresión y la ansiedad; el cacao natural, hace justo lo contrario: es rico en feniletilamina, una sustancia que promueve la liberación de endorfinas, responsables de las sensaciones de felicidad y placer. Un nuevo estudio realizado por el University College London, la Universidad de Calgary y la autoridad sanitaria canadiense Alberta, muestra que este alimento puede reducir hasta cuatro veces el riesgo de depresión.
Yo consumo cacao a diario y quiero aprovechar para contaros cuál es el producto del que no me separo estos últimos meses. La Crema de Cacao y Avellana, desde que salió al mercado hace un par de meses la tomo con todo: tostadas, yogur, smoothies, porridge, açai bowl… Me encanta que el sabor es muy tradicional y, por supuesto, ni rastro de azúcares ni edulcorantes.
Más hierro y aminoácidos. El hierro favorece la formación de hemoglobina y el transporte de oxígeno, evitando la anemia, la fatiga cerebral y la irritabilidad; por su parte los aminoácidos ayudan a equilibrar los neurotransmisores y a reducir el miedo, la ansiedad y los ataques de pánico y estrés. La carne y los huevos son mis dos grandes aliados de alimentos ricos en estos dos componentes.
Hacer deporte. Te animo a que entre comilona y comilona saques tiempo (al menos 30 minutos al día) para moverte. La actividad física aporta felicidad gracias al aumento de algunas hormonas responsables de que nos sintamos mejor con nosotros mismos, menos estresados y con menos ansiedad.
Tomar el sol: Muchos estudios han probado que la falta de luz tan característica de este momento del año en el que nos encontramos afecta a la bajada de la serotonina, neurotransmisor del sistema nervioso central que se asocia al decaimiento. Salir a pasear durante las horas centrales del día para disfrutar de una dosis de sol es una gran idea para cargar las pilas.
Queremos aprovechar para desearos a todos unas muy felices fiestas de Navidad.