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¿Es la merienda realmente necesaria?

Tiempo de lectura estimado: 2 minuto(s)

A nivel mundial, la prevalencia de la obesidad ha aumentado, y España no escapa de esta realidad. De hecho, un estudio realizado por el Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM) proyecta que para el 2030 el 80% de los hombres y el 55% de las mujeres tendrá sobrepeso u obesidad. Y para el 2015, el estudio Aladino encontró cifras aproximadas de sobrepeso en el 23% y obesidad en el 18% de la población infantil española. Números que son alarmantes.

Estas cifras han generado preocupación en la mayor parte de la población, que busca mejorar cada vez más su calidad de vida. No obstante, esta preocupación ha llegado a convertirse muchas veces en temor e, incluso, obsesión por mantener una alimentación adecuada y evitar ser uno más en las estadísticas. Esto ha generado una serie de creencias y mitos acerca de cómo alimentarse adecuadamente. Uno de los temas más controvertidos en este sentido ha sido la merienda. Muchos expertos empezaron a recomendar incluir meriendas entre comidas principales, dando un total de 5 comidas al día.

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Según señalan varias investigaciones, entre ellas el estudio científico ANIBES (Antropometría, Ingesta y Balance Energético en España), se recomienda prestar atención al momento del día en que consumimos nuestros alimentos. Pues llevar una alimentación desordenada (saltarse las comidas por compromisos externos, picotear entre horas alimentos muy calóricos, etc.) se asocia con un mayor riesgo de desarrollar sobrepeso u obesidad.

Y aquí empieza el eterno dilema de la merienda. Pues muchas personas empezaron a relacionar esta práctica con una mayor ingesta calórica en el día, cuando realmente no tiene por qué ser así. El verdadero problema, vino cuando adoptamos la merienda como un hábito que hacemos la mayoría de las veces de forma ‘automática’Empezamos entonces a incluir las meriendas sin ser verdaderamente conscientes de si las necesitamos, qué tipo de meriendas necesitamos, y en qué momento del día es ideal consumirlas.

De nada sirve organizarnos en nuestra rutina diaria y aprender a descubrir cuándo nuestro cuerpo está realmente hambriento, si luego nos vamos a llevar a la boca un alimento cargado de azúcares simples y carbohidratos procesados (que aportan lo que conocemos como ‘calorías vacías’). Este tipo de alimentos incrementan rápidamente los niveles de azúcar en sangre, estimulando al páncreas a producir una cantidad impresionante de insulina a fin de evitar hiperglucemia.

El problema luego de activar este proceso, es que todo lo que sube… ¡baja! Y allí es cuando esta sobreproducción de insulina conlleva a que los niveles de glucosa bajen demasiado. Lo cual activa a su vez otro mecanismo que permitirá subir de nuevo los niveles de azúcar: comer más de este alimento. Por eso es tan difícil no comernos la tableta de chocolate completa.

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La frecuencia, composición y número de meriendas no es igual para una persona que está buscando bajar de peso, que para un niño, un deportista, o una persona que busca aumentar su masa muscular. Es importante, si estamos aprendiendo a conocer a nuestro cuerpo, que busquemos asesoría profesional que nos oriente sobre las opciones que mejor se adapten a nuestro caso.

Es decir, si ves que tu cuerpo necesita un plus a media tarde, bien sea porque tienes hambre o porque has hecho ejercicio, piensa en qué alimento es más saludable. No vas a solucionar nada comiendo un ultraprocesados, pero te dará la vida una pieza de fruta con una crema de frutos secos, o una barrita sin azúcar.

De nada servirá planificar tus comidas como un chef y cronometrarlas en tu día como un reloj, sino eres capaz de evaluar el escenario completo antes de llevártelas a la boca. Recuerda que cada cuerpo es un mundo y que cada quien tiene necesidades diferentes dependiendo de la edad, actividad física, tipo de trabajo que tenga; incluso de si tuvo un evento especial ese día y comió más de lo habitual. Es decir, importa el balance general de la comida de todo un día. Habrá días que hayas comido menos o hayas hecho más ejercicio, y necesites merendar.

Al final de todo, el cuerpo es el que mejor sabe y nos puede decir si esa merienda que tenemos planificada en verdad es necesaria en ese momento. ¡Aprendamos a escucharnos! Por último, no olvides que somos seres integrales, y como tal, no podemos esperar que modificando un solo elemento, lograremos obtener los resultados deseados. Creemos un entorno saludable añadiendo además otros hábitos como son la actividad física, incrementar la ingesta de frutas y vegetales, reducir el consumo de azúcares, entre muchos otros.

#BeMoreNatural #SoloTieneCosasBuenas

Natruly
Autor del post
Natruly

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