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El consumo de grasas saturadas se puede convertir en un aliado para nuestro organismo, siempre dentro de una dieta equilibrada. Tanto el aceite de coco como la ghee tienen propiedades medicinales.

Durante décadas hemos oído que las grasas saturadas son peligrosas para nuestra salud cardiovascular, un hecho que no podría estar más equivocado. Numerosos estudios demuestran que la grasa saturada no es peligrosa para la salud y que su consumo no tiene una relación directa con la aparición de enfermedades cardiovasculares. De la misma manera que dejar de consumir este tipo de grasas tampoco supone una menor probabilidad de sufrir infartos o enfermedades relacionadas con el corazón. 

Lo ideal es que las grasas saturadas que consumimos sean una mezcla de grasas monoinsaturadas – como el ácido oleico presente en el aceite de oliva, los frutos secos y el aguacate – y grasas poliinsaturadas – como el Omega 3 que reduce el colesterol malo y previene enfermedades cardíacas -.

En conclusión, las grasas saturadas no tienen capacidad de vulnerar nuestro corazón o nuestro sistema cardiovascular.

¿Qué beneficios nos aportan las grasas saturadas?

• Son una fuente de energía y suponen más que los carbohidratos y las proteínas.
• Protegen y forman las células en el organismo y de algunos órganos vitales.
• Nos protegen del frío extremo.
• Ayudan a transportar los nutrientes
• Nos ayudan a absorber las vitaminas y antioxidantes más fácilmente.
• Ayudan a reducir los niveles de la lipoproteína (a), relacionada con las enfermedades cardíacas.
• Promueven la producción de HDL, es decir, el colesterol bueno.
• Protegen al hígado del alcohol y los medicamentos, sustancias tóxicas para nuestro organismo.
• El aceite de coco y la mantequilla promueven la salud general por ser antibacteriales y protectores de enfermedades y virus.

Además…

• Las grasas nos ayudan a sentirnos más satisfechos al comer y nos sacian.
• Al comerlas, el cuerpo genera serotonina, una hormona que reduce el apetito.
• Sirven de nutriente para el cuerpo cuando no tenemos alimentos suficientes.

¿Qué pasa cuando no comemos grasas suficientes?

• Impide la absorción de nutrientes, antioxidantes y vitaminas.
• Nuestro cuerpo comienza a convertir los carbohidratos y proteínas en grasas, y las grasas insaturadas en saturadas.
• Se debilitan los músculos.
• Se reduce la producción de hormonas y se dañan las células.

La grasa saturada es un alimento y un nutriente desterrado de nuestra dieta por una creencia popular que no había sido rebatida hasta ahora y que evidencia la importancia de cuestionarnos y replantearnos bien el por qué de muchas creencias u opiniones.