Tiempo de lectura estimado: 2 minuto(s)
La merienda es una comida que se asocia mucho a la infancia, ¿te acuerdas cuando salías del cole y te tomabas ese delicioso bocata de jamón?, ¿recuerdas la inmensa felicidad esos días en los que tocaba bocata de chocolate? Estoy seguro que sí 😉
Pues ese momento de la merienda sigue siendo sagrado para muchos, de hecho, se ha puesto tan de moda últimamente que gran cantidad de locales ofrecen combos de merienda súper apetecibles.
Demasiado azúcar
El problema de las meriendas es que los platos más típicos que la industria alimenticia ha asociado a esta comida del día son procesados cargados de azúcar, edulcorantes artificiales, grasas malas y además casi todos son altos en carbohidratos.
¿Ejemplos? bollería, pan blanco, zumos envasados, galletas, yogures y cereales demasiado azucarados… Y es que lo dulce gana por goleada a la hora de merendar. Además de asociarse a momentos y recuerdos de la infancia, es un sabor que ayuda a incrementar la liberación de serotonina, la hormona de la felicidad.
Las consecuencias de elegir este tipo de productos para merendar son desastrosas: no solo estamos consumiendo comida vacía que no nos aporta absolutamente nada a nuestro organismo, sino que además estamos creando una adicción a ese tipo de alimentos.
¿Es realmente importante la merienda?
Creo firmemente que la regla de que hay que comer 5 veces al día es un error. Hoy en día nuestra sociedad está sobrealimentada y lo que necesitamos es reducir la ingesta de alimentos. Según el último informe del Ministerio de Sanidad, en la población adulta española (25-60 años) la prevalencia de obesidad es del 14,5% mientras que el sobrepeso asciende al 38,5%. Esto significa que uno de cada dos adultos presenta un peso superior a lo recomendable.
En mi opinión lo mejor que podemos hacer es dejar pasar al menos cuatro horas entre una comida y otra para ayudar al cuerpo a regenerarse y eliminar toxinas, mejorar el proceso digestivo, y recuperar la lucidez mental.
Aún así, como siempre, te recomiendo que escuches tu cuerpo. No es lo mismo una persona deportista que un trabajador de oficina. Tampoco tienes por qué merendar todos los días, sólo los que te apetezca o lo necesites.
Si necesitas picar algo a media tarde, asegúrate de que esa merienda sea sana y nutritiva, y te aseguro que eso no tiene por qué significar aburrida y sin sabor. ¡Sigue leyendo!
Recetas dulces y sanas que elijo para merendar
Mi clave: los días que meriendo siempre trato de elegir algo que me de energía para lo que queda de día y que además complete y compense el resto de ingestas del día.
Mis 8 meriendas preferidas
Smoothie de Maca, coco y limón
2 meriendas perfectas para llevar a cualquier parte: