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El 22 de marzo es el Día Mundial del Agua, y desde Natural Athlete queremos hacer un homenaje a este preciado líquido que compone, nada más y nada menos, que ¡más de la mitad de nuestro cuerpo! Principalmente, para desmentir muchas de las creencias que han ido surgiendo alrededor del tema de la hidratación y que, más que aclararlo, lo han ‘enturbiado’.

¡Sin lugar a dudas! Sabemos que tiene funciones básicas para mantener la salud de las células y órganos de nuestro cuerpo, entre ellas, porque actúa como vehículo para llevar nutrientes y eliminar residuos, regula la temperatura corporal y es básico para mantener lubricadas nuestras articulaciones. Pero…

Todo en exceso es malo. ¡Hasta el agua! 

Nuestro cuerpo tiene la gran responsabilidad de regular todos nuestros excesos. En el caso del agua, su ingesta excesiva se regula a través de los riñones, el tracto gastrointestinal, y el cerebro. Si bien nuestro cuerpo está hecho para compensar, ¡echémosle un cable! Y no le dejemos toda la responsabilidad. Esta sobrecarga puede provocar que, con el tiempo, los órganos implicados se deterioren rápidamente, generando un efecto dominó de desgaste en nuestra salud. ¡Y no queremos eso!

A pesar de ser un líquido vital, debemos entender que ¡nuestro cuerpo no es un tanque! Y es que si vamos eliminando agua a lo largo del día a través del sudor, la orina, la respiración y las heces; debe reponerse de la misma manera. Por lo que tomarnos botellas de una sola sentada no es lo más recomendable. Solo conseguiremos que la mayor parte de esta agua se elimine forzando a nuestros riñones a trabajar de forma inadecuada. ¿Qué se puede hacer entonces? ¡Darle al cuerpo lo que pide y cuando lo pide! Pero no hablo solamente de beber cuando tengas sed, sino de hacerlo despacio y por sorbos. 

¡No nos dejemos llevar por la moda! No es necesario que estemos todo el día cargando nuestro termo de agua, si bien es una buena herramienta para mantenernos hidratados adecuadamente. Recuerda que los alimentos también nos aportan agua, sobretodo las frutas y los vegetales. Así que incrementar el consumo de estos grupos de alimentos –¡mis grandes aliados!-–también nos ayudará a mantenernos bien hidratados.

¿Qué recomiendan las instituciones?

Muchas proponen recomendaciones de ingesta diaria de agua. La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ha señado que en adultos deben ser 2 litros (aproximadamente 10 vasos) para mujeres y 2,5 litros (aprox. 12 a 13 vasos) para hombres. Pero ojo, son solo recomendaciones basadas en características promedios de la población europea adulta, y no en el caso particular de cada uno de nosotros.

A veces nos volvemos cuentagotas y medimos cada sorbo de agua que tomamos. Pero ¡cada ser humano es un mundo! Y aquí la diversidad también aplica, pues las pérdidas que tiene cada uno depende de varios factores como el clima, la actividad física, la edad, y ¡hasta de si estás de vacaciones! Pues no necesitas tomar la misma cantidad de agua en la sierra que en la playa.

Más delicado todavía, antes de querer seguir siendo “los gurús de la hidratación”, debemos evaluar si la persona retiene líquidos o tiene algún problema cardiovascular como insuficiencia cardíaca, ya que el abuso de la ingesta hídrica puede complicar el panorama. Lo mejor siempre será escuchar a nuestro cuerpo: él es quien mejor sabe qué necesitamos, en qué cantidad y en qué momento del día.

¿Podemos saber si estamos bien hidratados?

¡Claro que sí! Es sólo cuestión de estar atentos y saber interpretar las señales. Más allá de la sed, existen otros síntomas que nos dicen fácilmente si necesitamos tomar más agua o no:

 Volumen y color de la orina: si orinamos poco y/o con colores oscuros, el cuerpo básicamente nos está diciendo que está ‘ahorrando’ agua para otros procesos. ¡Ojo con esto! Si es así, busquemos rehidratarnos más a menudo.

 Sequedad en la boca: uno de los más notorios también, ya que básicamente la saliva se compone de agua. Así que, si notamos la boca reseca, ¡busca ya tu termo!

 Piel seca: fácil de determinar, si notamos que la misma se marca fácilmente luego de un rasguño.

Como siempre digo, al final el que más sabe es nuestro cuerpo, y ¡es sólo cuestión de saber escucharlo! Al estar más conscientes de lo que nos dice, podremos tomar mejores decisiones para nuestra salud y bienestar.  No descartemos las recomendaciones, siempre y cuando las usemos a modo de orientación, y seamos promotores de una cultura de hidratación: compartamos estas herramientas a nuestros seres queridos y ¡llenemos de vida a nuestro cuerpo!

#BeMoreNatural #SoloTieneCosasBuenas