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Adiós azúcar: ¡hola fibra de achicoria!

Tiempo de lectura estimado: 2 minuto(s)

Cada vez se habla más sobre la importancia de cuidar nuestra microbiota intestinal, al mismo tiempo que hay cada vez más estudios sobre este tema. Tiene una influencia clave en nuestra saluda, y lo más directo que podemos hacer para cuidarla es vigilar nuestra alimentación. Entre los alimentos que ayudan a proteger y regenerar la flora intestinal está la fibra, y una de las estrellas es la achicoria. 

La achicoria es una planta que se cultiva en diferentes partes del mundo, y a la que se le ha dado varios usos (alimento para ganado, endulzan, para preparar una bebida sustitutiva del café, remedios caseros…). Sin embargo, cada parte de la planta tiene una propiedad diferente. 

La raíz del asunto

La raíz de esta planta aporta sustancias beneficiosas para nosotros (fitoquímicos, vitaminas, minerales, flavonoides, fibra…), que tienen efectos antioxidantes, antiinflamatorios, antiparasitarios, anticancerígenos, entre otros. Es decir, solo la raíz tiene innumerables propiedades. Sin embargo, muchas empresas deciden no procesarla, por lo que se pierde buena parte del producto. 

Ante esto, lo más importante es fijarse en las etiquetas nutricionales de los productos para verificar qué parte de la achicoria contienen. Son más saludables los que contienen la raíz de achicoria, y por supuesto hay que fijarse en que no lleven azúcar añadido. La mejor opción es escoger los que tengan una versión lo más natural posible, aquellos que se elaboran con la fibra de la achicoria. Eso no solo servirá de endulzante, sino que aportará todas las propiedades.

¿Por qué es tan utilizada?

Una de las razones que más llama la atención sobre esta planta es la lista de componentes que tiene con función endulzan. Es decir, su composición permite endulzar productos de una forma natural, beneficiosa para nuestra microbiota, y nuestra salud en general. Uno de los elementos protagonistas es la inulina, que es un carbohidrato no digerible y prebiótico, presente de forma natural en la raíz de achicoria. Es baja en calorías, por lo que se considera buen sustituto del azúcar y se recomienda en la nutrición diabética. Además, es fuente de fibra soluble.

Todo esto hace a la inulina un componente beneficioso para la nutrición, y es lo que ha llevado a que la misma se utilice como aditivo funcional por algunas industrias de alimentos que desean mejorar la calidad de sus productos. Por ejemplo, es un ingrediente clave para la fabricación de productos naturales que no llevan azúcar añadido pero que necesitan dulzor: desde chocolates, hasta barritas o cremas de frutos secos.

La insulina, en sí, es un probiótico. ¿Qué quiere decir esto? Que ayuda a proteger la salud de nuestro intestino, al que a veces se le conoce como ‘segundo cerebro’. Los prebióticos, como la inulina presente en la fibra de achicoria, nos ayudan en esto, pues son el alimento ideal para las bacterias ‘buenas’ de nuestro intestino. La lista de ventajas es amplia:

  •  Matan las bacterias ‘malas’
  •  Previenen el estreñimiento
  •  Reducen el riesgo de sufrir osteoporosis porque favorecen la absorción de minerales esenciales, como el calcio
  •  Mejoran la salud de las arterias, evitando formar tapones conocidos como aterosclerosis
  •  Favorecen el control de enfermedades inflamatorias intestinales
  •  Ayudan, en general, a la salud de todo el aparato digestivo en sus diversos aspectos

Esa parte clave que contiene la fibra de achicoria, la inulina, hace que la fibra aportada tenga una estructura diferente y más beneficiosa.  Se trata de una “estructura de fructano lineal de cadena larga”. Esto quiere decir que, al ser más larga, tarda más en digerirse que el resto de las demás, por lo que retarda aún más la absorción de glucosa y sus niveles en sangre después de consumirla.

Esto es clave. Si dejamos de un lado los productos con azúcar refinado que provocan picos de glucosa, y los sustituimos por endulzantes naturales, vamos a obtener un producto más saludable. Pero, si entre esos sustitutos, elegimos productos elaborados con fibra de achicoria conseguiremos reducir en gran nivel las glucemias que provoca el consumo de dulce. Al final, la historia nos lleva a la misma conclusión: volver a lo natural. Si bien es verdad que el estilo de vida actual nos obliga algunas veces a consumir alimentos industrializados, y no nos permite tener tan a la mano productos 100% frescos.

 

Niklas Gustafson
Autor del post
Niklas Gustafson

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