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Diario de una carrera: Öloppet Swimrun 2016

Tiempo de lectura estimado: 2 minuto(s)

Había pasado par de semanas en Torekov con mis hijos y mi novia Jennifer. Se acercaba el regreso a nuestra rutina dentro de poco y no podía irme de Suecia sin participar nuevamente en la Öloppet Swimrun.

Esos primeros días de vacaciones el tiempo había sido maravilloso, de sol y calor pero, de un segundo a otro, el verano se desvaneció y se convirtió en otoño: frío, nublado, lluvioso y con viento de hasta 30 nudos. Eso era nuestro pronóstico para la carrera del sábado. ¡Imaginaros nada más!

El día antes de la carrera desayuné un muesli saludable que preparo con frutos secos acompañado de filmjölk una especie de leche agria similar al yogur griego pero menos espesa. Comí a la hora del almuerzo carne con verduras, ensalada y frutas y finalmente terminé el día reuniéndome para cenar con Magnus. Mientras cenábamos preparábamos todo el material de la carrera: los trajes de neopreno, las gafas, los ‘paddles’ para nadar y el flotador de piernas. Terminamos la noche con broche de oro comiendo un exquisito solomillo de cerdo envuelto en bacon a la parrilla con ensalada verde y tomates secos. ¡Una sorpresa de Magnus que era el chef de la noche!

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El día de la carrera…

Nos levantamos a las 6:30. Desayune 3 horas antes de la carrera el muesli saludable del día anterior con dos huevos fritos y dos cucharadas de aceite de coco que me aporta calorías para la jornada de ese día. Fuimos en barco hasta Gotemburgo listos y animados aún cuando el tiempo estaba fatal.

Esta vez Magnus y yo decidimos utilizar una cuerda elástica que nos mantenía unidos en todo momento. En teoría, nos permitía ayudarnos en las fortalezas de cada uno, por ejemplo: Magnus nada mucho mejor que yo y podía ayudarme. Yo corro mucho mejor que Magnus y podía ayudarle. Sin embargo, no seguí mis propios consejos de cómo prepararte para una Swimrun porque no practicamos con esta herramienta antes de la carrera y esos primeros 1000 metros de natación fueron un infierno para mi. El mar estaba muy bravo y tragaba agua salada mientras nadaba. Lo peor es que la cuerda elástica se enredaba entre mis manos haciéndome perder velocidad y tiempo. Fue muy difícil comunicarme con Magnus cuando dentro del agua hay 700 personas al rededor.

De nadar a correr, de nadar a correr...
De nadar a correr, de nadar a correr…

Llegar a la siguiente isla fue un alivio y un reto a la vez, ¡hasta me corte la mano con un coral! Pero con sudor – y hasta sangre – logramos ponernos de pie y seguir la carrera por las 16 islas. Llegamos a la conclusión de que era mejor usar la cuerda elástica solo en los tramos de correr y no en el agua, lo que hizo mejor el resto del trayecto.

Algo que me encanta de esta carrera es que el paisaje va cambiando constantemente: de sendas a piedras, de piedras a playas de arena, de bosques a carreteras. Es sin duda un descanso muy inspirador para los ojos mientras estás haciendo el trabajo duro de completar el trayecto. Corrí mucho mejor en sendas y carreteras porque en Madrid – una ciudad de cemento – suelo correr en cinta, por lo que mejorar mi velocidad en piedras y arena es algo que me queda por practicar muchísimo.

Magnus y yo llegamos en la posición 49 de 250 equipos, con un tiempo de 5 horas y 10 minutos. Una marca que no está mal considerando que el viento, la lluvia, el frío y la cuerda elástica hizo nuestra experiencia mucho más difícil.

Magnus y yo en la meta de la Öloppet Swimrun
Magnus y yo en la meta de la Öloppet Swimrun

Hoy ya estoy de regreso en Madrid y a tan solo 4 días de la carrera me ha parecido hasta romántica la experiencia porque durante la competencia me sentí muy mal. Era un sufrimiento y soñaba con que terminará. ¿Curioso no? Como todo, hay momentos cuando vas nadando o corriendo que sientes el presente, que eres muy afortunado de vivir semejante momento y al mismo tiempo sentir que te quedas sin aliento ni ganas de seguir: una rara combinación entre disfrutar y sufrir. Pero si así es todo en la vida, ¿verdad? Es una buena reflexión que nos pone los pies en la tierra.

Esta ha sido mi segunda Swimrun y estoy contento de haberla hecho. Me sirve mucho para mi próxima carrera – que es el Ironman -, el noveno que haré y el año próximo he decidido enfocarme en entrenar mucho para el décimo y cumplir una nueva meta.

Niklas Gustafson
Autor del post
Niklas Gustafson

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