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Seguro que has escuchado más de una vez que el cerebro y el intestino están conectados, de hecho, muchos son los que llaman al intestino, el segundo cerebro. Los estudios sobre este vínculo han avanzado mucho los últimos años y se ha demostrado que los desequilibrios en la flora intestinal o microbiota intestinal afectan al estado de ánimo.

La buena noticia es que con una buena alimentación (clave en la salud de la microbiota) podemos ayudar a equilibrar el estado anímico, aliviar la ansiedad y el estrés y combatir uno de los males de estos momentos: la depresión.

Depresión post Covid-19

Después de un año conviviendo con la pandemia, las secuelas a nivel emocional y mental ya empiezan a notarse y las autoridades sanitarias están advirtiendo sobre ello. Según los últimos estudios, los confinamientos, el distanciamiento social, la incertidumbre y los apuros económicos han hecho que los diagnósticos de depresión incrementen.

El intestino, principal fuente de serotonina

La serotonina, la hormona de la felicidad por excelencia, es la que los fármacos contra la depresión intentan incrementar. Pero hay que apuntar que el 90% de la serotonina de nuestro organismo no está en el cerebro ni en el sistema nervioso, sino en el sistema digestivo. Por lo tanto, es ahí donde hay que actuar.

Cuando la microbiota intestinal está alterada por una mala alimentación, la pared intestinal se inflama y la producción de serotonina se desequilibra dando lugar a episodios de ansiedad y tristeza. Esa inflamación también puede estar detrás de patologías como colon irritable, diarrea, estreñimiento u osteoporosis. La razón es que al alterarse la microbiota, el intestino deja de absorber correctamente los nutrientes de los alimentos y el sistema inmune se debilita. Descubre más en este estudio. 

Intestino sano para un cerebro sano

Hay una serie de alimentos con un poder increíble para mantener la salud de la microbiota intestinal y que pueden ser de gran ayuda para mantener a raya esos episodios de decaimiento. ¡Apunta!

Fermentos: su efecto probiótico ayuda a aumentar las bacterias buenas del intestino. Algunos que nunca faltan en mi despensa son el kéfir, el chucrut, el queso y el yogur, estos dos últimos siempre intento elegirlos de oveja o cabra ya que son mucho más digestivos. Una investigación publicada en la revista Frontiers in Psychiatry mostraba que los voluntarios que tomaban probióticos notaban mejoría en su estado de ánimo.

Alimentos detox: son esos alimentos que ayudan a limpiar y eliminar toxinas y mantener saludables los órganos internos. Algunos ejemplos: alcachofa, jengibre y avena.

Alimentación rica en triptófano: Hay alimentos que nos hacen sentir más felices, reducen la sensación de tristeza e incrementan la vitalidad. Son aquellos ricos en triptófano.   

Incrementar el consumo de Omega 3: lo mejor de los alimentos ricos en Omega 3 para esta patología es su efecto antiinflamatorio. Descubre mis preferidos en este post.  

Elimina de la dieta todo tipo de procesados, azúcar, almidones y alcohol: son inflamatorios del intestino y hacen que las bacterias de este órgano se alteren.

Más trucos antidepresión

Consumir adaptógenos: Se trata de plantas que además de ayudar a calmar el estrés y la ansiedad, fortalecen el sistema inmune, reducen la fatiga y aportan energía. En este post tienes toda la información con las plantas adaptógenas más recomendadas. 

Tener una rutina de deporte: Realizar de forma habitual ejercicio físico beneficia especialmente a personas con tendencia a padecer estados depresivos, estrés y ansiedad. El deporte mejora el estado de ánimo, previene enfermedades como la obesidad o el cáncer de colon y además ayuda a mejorar la diversidad de la microbiota intestinal y a evitar la inflamación intestinal.

Dormir bien: Descansar mal un día no tiene importancia, pero si se convierte en algo habitual puede dar problemas. El insomnio altera las funciones de todo el organismo, sobre todo la digestiva.

Meditar: Sentarse todos los días unos minutos a practicar algunas técnicas de meditación puede ayudar, y mucho, a bajar el nivel de estrés y ansiedad y a ganar estabilidad emocional.