Tiempo de lectura estimado: 3 minuto(s)

Seguro que has escuchado a muchas personas decir que llevan una “alimentación saludable” con la misma seguridad con la que nosotros os decimos que los alimentos procesados ¡son veneno para nuestra salud! ¿Tu también crees que tu alimentación y tu estilo de vida son saludables? ¿Cómo puedes estar tan seguro? 

Lo primero que debes tener claro si éste es tu objetivo es que, el tener un estilo de vida saludable, NO se trata únicamente de tomar alimentos que nos sienten bien, sino de cuidar a su vez todo lo que interviene en este proceso, incluyendo el origen de esos alimentos.

Básicamente, implica una consciencia plena de todos los procesos que intervienen antes, durante, y después de nuestra alimentación. Este estado de consciencia se describe muchas veces como mindfulness. Si bien en este artículo nos vamos a centrar más directamente en recomendaciones alimentarias, aquí te damos tips sobre cómo hacer que nuestra mente y cuerpo sean los que trabajen para nosotros, y no al revés.

Por muchos años, el ser humano se ha creído el cuento de que somos el ser “más evolucionado” del universo. Por suerte, ese paradigma ya ha empezado a cambiar y buena parte de la sociedad, sobretodo las nuevas generaciones, son mucho más sensibles y se preocupan más acerca de temas sobre cómo proteger al medio ambiente, la salud y el respeto por los animales. El tratamiento que reciben las frutas y vegetales de las que nos alimentamos y, en general, por lograr un estilo de vida saludable y amigable con todos.

Proteínas… ¡Hasta la saciedad!

La proteína es un macronutriente esencial para nuestras estructuras vitales, entre ellas nuestros músculos, pues aportan aminoácidos. Los aminoácidos son los ‘ladrillos’ que le permiten a nuestros músculos regenerarse y trabajar. Además, este maravilloso macronutriente tiene otra cualidad bastante apreciada, y es que genera saciedad. ¡Es así! Ayuda a que tu cuerpo se sienta lleno después de comerla por más tiempo, a diferencia de otros nutrientes, como son los carbohidratos, sobretodo los refinados. Otra opción más para hacer a la proteína tu mejor aliada.

Pero… ¿proteína vegetal o animal? ¡La que prefieras! Lo importante es que -sea cual sea la que definas-, la consumas de manera adecuada. Las proteínas vegetales son todo un mundo, y en las animales lo importante es fijarse en el origen de la carne. Hay que tratar que sea ecológica, independientemente del animal del que proceda. Así, se promoverá que se reduzca la venta de proteínas obtenidas a través de métodos de explotación no respetuosos con el animal.

¡Arriba el vegetal! 

Incluso las personas que menos se preocupan por temas de nutrición, suelen saber que los vegetales, verduras y frutas son beneficiosos para nuestro cuerpo. Son un manantial inagotable de antioxidantes, ya que aportan vitaminas y minerales, que ayudan a nuestro cuerpo a mantenerse y sentirse bien, por dentro y por fuera. 

Los fermentados: el nuevo GRAN aliado

Debido a los múltiples beneficios que se han ido descubriendo de la microbiota intestinal, el boom de los fermentados ha ido en ascenso. Más allá del sabor y textura que la fermentación aporta al producto, el mayor beneficio para nuestro cuerpo es que permite fortalecer la salud de nuestro segundo cerebro, restableciendo el balance en nuestro ecosistema interior.

Entre las preparaciones que podemos consumir que nos ayudarán a equilibrar nuestra microbiota puedes encontrar: kéfir, chucrut, yogur, jocoque (típico de la gastronomía Mexicana), kimchi (típico de la cocina Koreana), kombucha o tempeh. Lo mejor es que algunos de estos puedes hacerlos tú mismo sin demasiado esfuerzo.

Piérdele el miedo a las grasas

Las grasas son necesarias para el normal funcionamiento de nuestro organismo -por ejemplo, para la producción de algunas hormonas-, y aportan numerosos beneficios, como mantenerse saciados y enérgicos por más tiempo. Pero eso sí, ¡no aplica cualquier grasa! Lo ideal es que siempre prefieras grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas, las llamadas “grasas buenas”, bien sean de origen vegetal o animal. Trata de elegir alimentos como el aguacate, frutos secos, semillas, y aceite de oliva. Aléjate de las grasas hidrogenadas y aceites vegetales presentes en muchos alimentos ultraprocesados.

Adiós al azúcar

El azúcar refinado es un componente que idealmente debería estar fuera de nuestros hogares y de nuestras vidas. El tema es que muchas veces, ¡ni siquiera sabemos que están allí! Como es el caso de yogures saborizados, salsas como la de tomate, o incluso de carnes sazonadas.

Si bien la glucosa es necesaria para el normal funcionamiento de nuestro cuerpo -sobretodo para el de nuestro cerebro-, lo procesado del azúcar refinado es lo que tantos males ha traído a la sociedad. El azúcar refinado ha representado un papel importante en el desarrollo de enfermedades crónicas no transmisibles, como la diabetes, el cáncer, y el síndrome metabólico. Si deseas endulzar alguna preparación, dale preferencia a productos como la miel, al azúcar de coco; no obstante, recuerda que la mejor herramienta siempre será educar a tu paladar a consumir bajo en dulce.

Evita los alimentos ultra procesados

Al tomar la decisión de optar por un estilo de vida saludable, ir a comprar comida será diferente. Al principio puedes incluso sentirte sofocado, y creer que es ¡un gran reto! Pero no te preocupes, no es así. Existe mucha información de fiar hoy en día que nos dan herramientas para poder elegir más sabiamente nuestros alimentos, pero de manera práctica y sencilla. 

Inclínate siempre por comprar ingredientes naturales, en vez de comprar productos ultra procesados y precocinados. Para esto, el leer adecuadamente el etiquetado te será de gran ayuda. Si quieres saber más sobre este especto, puedes intentar aprender unas nociones básicas sobre el etiquetado nutricional. 

Mantente activo

Tener un estilo de vida saludable va más allá de seguir las recomendaciones anteriores. Son un conjunto de acciones que, realizadas desde diferentes aspectos de nuestras vidas, nos permiten obtener un bienestar integral. Entre ellas, la actividad física juega un papel muy importante, y es el complemento perfecto de una buena alimentación.

Por mucho que cuidemos nuestro cuerpo a través de la alimentación, es vital que lo hagamos también a través de otras actividades que generen bienestar en todos los aspectos de nuestras vidas, como la meditación. Es decir, todo lo que te de tranquilidad y te haga sentir mejor.

#BeMoreNatural #SoloTieneCosasBuenas